miércoles, febrero 29, 2012

:¿A quién quiere engañar Sendero?



NI OLVIDO NI PERDÓN

A toda una generación de peruanos le contaron la historia al revés. La mayoría de jóvenes peruanos cree que el 'cuco' es el régimen fujimorista que derrotó al terrorismo criminal, y que las Fuerzas Armadas que restauraron el orden, la paz interna y el Estado de derecho son la malvada 'bruja' de Blanca Nieves. Gota a gota el agua horada la piedra y, así también, lo hace la mentira.

La distorsión perpetrada por la izquierda radical y la labor de zapa de ciertos periodistas y medios terminaron por satanizar al ex presidente Alberto Fujimori y convertir en corderos a los asesinos más despiadados de la historia peruana.

Sendero Luminoso -con su engendro "marxismo, leninismo, maoísmo, pensamiento Gonzalo"- se ensañó contra los más pobres y vulnerables. Los seguidores del credo sangriento de Abimael Guzmán aniquilaron y esclavizaron a indígenas asháninkas, violaron a niñas frente a sus madres y a madres en frente de sus hijos. Cortaron la lengua de aquellos que alertaban a los vecinos, arrancaron los ojos a sus adversarios, se ensañaron contra todo aquel campesino andino que con su esfuerzo generó algo de prosperidad en olvidados poblados y con los representantes del Estado que asumían cargos en esos lugares. Asesinaron a lideresas populares como María Elena Moyano delante de otras mujeres para que no se atrevieran -como hizo María Elena- a organizar una marcha por la paz, contra el miedo, contra ellos. No contentos con matarla delante de sus hijos pequeños, dinamitaron su cuerpo, para que de ella, de la negra treja, no quedara nada, como nada querían que quede del Perú.

Y después de todo eso viene un tal Alfredo Crespo, porrista del asesino Guzmán y admirador de su 'lucha' a pretender inscribir un partido político de nombre Movadef (Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales) inspirado en el 'pensamiento Gonzalo'. Y vocifera, y grita, y quiere seguir con el plan macabro de su líder. ¡No, señor!

La juventud tiene que conocer la verdadera historia, ya. Esa historia que no se les contó apropiadamente, porque en el fondo todos tratamos de olvidarla. Y silenciando la realidad y la verdad se dejó el campo abierto a quienes envenenaron el alma de miles de jóvenes que no tienen idea de lo sufrido por sus padres y hermanos mayores.

Sendero con sus asesinatos en los años ochenta y principios de los noventa convirtió los Andes Centrales en un inmenso mausoleo. Sembró la desconfianza entre compatriotas, cercó al país, lo sumió en el atraso y en la oscuridad.

En Lima, toda una generación de todo estrato social mamó, dio sus primeros pasos y balbuceó el génesis de sus palabras durante los apagones, en medio de constantes explosiones de bombas y carros-bomba por toda la ciudad.

Y ya que se dejen los comunistas de crear fisuras y separar a los peruanos con esa categoría de 'víctimas del terrorismo'. Como si quienes no sufrimos en carne propia la maldad fuéramos cómplices y por tanto enemigos de las 'víctimas'. Víctimas del terrorismo -que quede claro- fuimos todos y todas, solo que algunos tuvieron la desgracia de padecerla directamente.

El 12 de setiembre de 1992 se ganó parte de la batalla al capturarse al creador de la doctrina del derramamiento de sangre: Abimael Guzmán o Gonzalo. Ese que bailaba "Zorba el Griego", embriagado, mientras el cadáver de su mujer yacía en un sofá. De ese desadaptado nace el 'pensamiento Gonzalo' que inspira al Movadef.

Démosle a esa chusma una cucharada de sus propias consignas: "Ni olvido ni perdón. Por la sangre derramada pagarán los asesinos hoy y siempre". Con su Movadef a otro lado, señor Crespo.


El Comercio, 28 de enero de 2012

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