El presidente Pedro Pablo Kuczynski, PPK, debe entender que llegó al poder no por ser él sino por no ser Keiko Fujimori, pero no parece haber quien lo devuelva del ensueño a la realidad sino todo lo contrario.
Buena cantidad de dinero se despilfarra en asesores de imagen y demás ganapanes creadores de efímeras corrientes de opinión y de quebradizas percepciones positivas. Los ministros andan más preocupados por aparecer en los medios en vez de ensuciarse los zapatos sin un séquito de cámaras.
PPK fue un candidato artificial fabricado por la banca internacional y la derecha mercantilista; devino en un presidente desconectado de la población que no lidera y carece de propuestas, más allá del discurso coyuntural y del papel.
Kuczynski no tiene partido, su base social es limitada y frágil, no tiene un proyecto realista para reformar y modernizar el Estado; ha mostrado impericia en el manejo del conflicto político, lo que abona para generar la sensación de que todos será más de lo mismo, o sea nada, otros cinco años perdidos.
Ha generado la innecesaria crisis "Kunturwasi", un proyecto irrelevante, innecesario, reemplazable y potencialmente inviable. En el propuesto aeropuerto de Chinchero, para más complicaciones, tiene intereses un fondo de Sebastián Piñera, expresidente chileno y favorito para hacerse del poder en las próximas elecciones de nuestro vecino del sur.
El Ejecutivo cree que la victimización solucionará la crisis de Chinchero y sus ramificaciones, como el audio en el que se escucha al ministro de Economía Alfredo Thorne “apretando” al Contralor Edgar Alarcón para que el informe de Kunturwasi sea positivo.
El gobierno juega a víctima de la mayoría del Congreso, es decir del fujimorismo; una mayoría a la que calificaron de prepotente, abusiva y obstruccionista, cuando fue la misma que le dio el voto de confianza al gabinete Zavala y aceptó delegarle facultades para legislar. ¿Quiere PPK cerrar el Congreso? No, pero algunos de los que lo rodean aparentemente, sí.
Ayer, tras la exposición del ministro de Economía Alfredo Thorne, los congresistas Mauricio Mulder (Apra); Cecilia Chacón (Fuerza Popular); y Marco Arana (Frente Amplio), dijeron que no aceptarán que se culpe al Congreso por los errores del presidente y sus ministros; pidieron de paso la renuncia de Thorne. Quedó claro que la oposición no es solo naranja.
Mientras el ministro Thorne exponía, PPK dijo a los medios que los respaldaba, pero luego declaró tener ya a su reemplazo.
¿Quién entiende al presidente?
Martha Meier M.Q.
Expreso, 17 de junio de 2017
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