Los medios cercanos al (des)gobierno de Pedro Pablo Kuczynski siguen tratando de confundir a la opinión pública sobre los alcances de la corrupción de Odebrecht. La pus brasilera cubre a políticos y empresarios peruanos, así como a ciertos abogados y periodistas que se auto-proclamaban la reserva moral del Perú.
La agonizante gran prensa se inmunda tratando de tapar la corrupción de los suyos y minimizar los montos festinados. Vale la pena recordar: las coimas no son de 29 millones de dólares como se quiere hacer creer; son más de 600 millones de dólares -sí, 600 millones de dólares-, esto sin contar miles de millones de sobrecostos, que solo en el gaseoducto del sur sobrepasan los ¡cinco mil millones de dólares! Insistir en la cifra de 29 millones es mentir y tratar de satisfacernos con la captura de pececitos de acuario, o sea Luyo, Cuba y demás chivos expiatorios.
Indigna que se pretenda limpiar a las empresas peruanas consorciadas con la brasilera, como el caso de Graña y Montero, GyM, que tiene en su directorio a un accionista minoritario (4%) del grupo “El Comercio”; pero el señor José Alejandro Graña tiene la suerte de que dos de sus primos hermanos integren el Consejo Editorial del diario: Alejandro “Alejo” Miró Quesada Cisneros y el cocinero Bernardo Roca Rey, a la sazón ex vice ministro del gobierno de Alan García Pérez. A este dúo se suma la esposa de Emilio Rodríguez Larraín, representante de buena parte de los intereses chilenos en el Perú, (vaya coincidencia, Pedro Pablo Errázúriz, ex ministro de Transportes del régimen de Piñera y ex gerente de Lan Chile, integra el directorio de GyM).
En una entrevista con el periodista Hernán Floríndez, (revista Ideele Nº 257), el presidente del Consejo Editorial, Alejo M.Q. dijo: “tampoco pidan que El Comercio sea un detractor de José Graña, a no ser que sea una cosa grosera…”. Nadie pide tal cosa, solo que el diario deje de mentir, confundir y publicar irrelevancias para tapar las vinculaciones de GyM con Odebrecht en 5 de las 7 obras bajo investigación.
La empresa Graña y Montero afirma que no sabía nada; eso resulta curioso pues se asoció con Odebrecht para el gaseoducto del sur cuando Marcelito Odebrecht ya estaba preso. ¿Qué cosa no sabía?
“El Comercio” alguna vez fue una institución nacional, hoy es apenas un papelón que editorializa contra quienes se indignan ante la corrupción. El indescifrable señorito director de ese diario, Fernando Berckemeyer y su cófrade, el becario Fullbright, Enrique Pasquel, sostienen puerilmente que quienes alzan la voz [la izquierda local] contra Odebrecht quieren “relacionar los casos de corrupción con el modelo del libre mercado”.
Perdón, pero me dio naúseas, hasta el próximo sábado.
Martha Meier M.Q.
Expreso, 28 de enero de 2017
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