SÁBADO 21 DE NOVIEMBRE DEL 2015
MARISOL, LA REHÉN
La entraña intolerante del “partido” de la señora Nadine Heredia ha salido nuevamente a la luz.
La primera víctima fue Verónika Mendoza, expulsada –a buena hora para ella- por denunciar, hace un par de años, la contaminación en Espinar por las actividades de la minera Xstrata. Otro afectado fue el decentísimo exministro de Ambiente, ingeniero Ricardo Giesecke, quien renunció cuando la parejita presidencial, que en campaña gritaba “agua sí, oro no”, dejó de lado su respeto y amor por la Pachamama y sus hijos más humildes.
Si antes la venganza fue la expulsión, el cabe y la chaveta, la nueva modalidad es el “secuestro judicial”. Así ha calificado el presidente del Congreso, Luis Iberico, a la denuncia del Nacionalismo contra la congresista y vicepresidenta Marisol Espinoza, para desconocer su renuncia a una tienda política en la que militó lealmente, y cuya actual descomposición es ya irreversible.
Mediante una burda movida judicial pretenden declarar la “inexistencia” de una carta que sí existe.
Nadine Heredia, presidente del Nacionalismo (“mafionalismo”, para el populorum) probablemente ve en Espinoza a la candidata que ella quiere ser, a la mujer capaz y consecuente que pudo ser, a una potencial rival para sus aspiraciones de cara al 2021. Vamos, seamos sinceros ¿alguien duda que Heredia sueña con hacerse de la banda presidencial en el Bicentenario? Lo triste es que pudo tener un brillante futuro político, como de hecho lo tendrá Marisol Espinoza, cuando la liberen.
Los “nacionalistas” creen estar en la Cuba del partido único, dónde nadie tiene derecho a pensar distinto. Si en Cuba y en otros regímenes totalitarios al disidente lo encarcelan, en el “nadinismo”, lo “secuestran judicialmente”, lo toman como rehén, porque eso es hoy Marisol Espinoza, rehén de un partido en el cual creyó alguna vez.
Espinoza ha sido más que leal pues hace mucho la aislaron, la empezaron a maltratar, a seguir y a espiar. Hoy solo quieren inhabilitarla.
Nadine no quiere verla como candidata de otro partido. Y eso no es por una cuestión ideológica sino por purito capricho. Allí donde la emoción negativa gana a la razón no hay posibilidad de que una institución perviva, y menos aún, un partido político.
Los “mafionalistas” deben tener claro que la descomposición de su partido resulta de la inmadurez y frivolidad de su presidenta, de las pataletas y la soberbia de la “señora de las agendas”. #LiberenAMarisol
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