Todo homenaje es poco para quien, sin duda, es el poeta vivo más importante de las letras hispanoamericanas contemporáneas. Nuestro Carlos Germán Belli (Lima, 1927) es un alquimista de las palabras: las dosifica, las mezcla, añade y resta mutándolas en otras, como quien gota a gota es capaz de crear un bálsamo sanador. Brillante, tierno, mordaz, desenfadado poeta del cuerpo y crítico sutil de nuestros tiempos: “Yo, mamá, mis dos hermanos/y muchos peruanitos/abrimos un hueco hondo, hondo,/donde nos guarecemos,/porque arriba todo tiene dueño, [...]”. Belli ha creado una obra notable que merece mayor difusión entre las nuevas generaciones. El Dominical tuvo el honor de que, por largos años, estuviera vinculado con su semanal quehacer. Hoy, cuando empiezan las celebraciones por el medio siglo de la publicación de su fundamental “¡Oh Hada Cibernética!, ya líbranos/Con tu eléctrico seso y casto antídoto,/de los officio hórridos humanos, [...]”, no podemos sino agradecer su poesía, que libera todo eso que “está cerrado con llave,/sellado firmemente,/porque arriba todo tiene reserva:/la sombra del árbol, las flores,/los frutos, el techo,/ las ruedas,/el agua, los lápices, [...]. MMMQ
El Dominical, 16 de octubre de 2011
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