sábado, junio 18, 2011

La prensa del narcopromotor

George Soros, especulador financiero e inversor minero, entre otras, es activo promotor de la legalización mundial de las drogas. Cada año el narcopromotor dona millones de dólares, vía sus fundaciones, para imponer su propia agenda moral-político-financiera. Alguna vez, Soros se jactó de su poder para influir en el curso de los acontecimientos por reunir tres cualidades: comprensión de la historia, firmes creencias éticas y ‘mucho dinero’. Para sus fines, el ‘mucho dinero’ resulta esencial.
Una de sus fundaciones es la Open Society que, en el Perú, banca las operaciones de Ideele Reporteros, a cargo de Gustavo Gorriti Ellenbogen. Y mientras con la mano izquierda se rasga las vestiduras por la democracia y los derechos humanos, extiende la derecha para recibir el ‘mucho dinero’ de Soros para su aventura reporteril de agenda supranacional. Valdría la pena saber qué opina el candidato Humala sobre la legalización, especialmente tras su bíblico juramento por la democracia, ante conocidos agnósticos, ateos y seguidores de otros libros sagrados; varios de ellos y ellas –coincidentemente– firmantes de un documento promovido por Soros para liberalizar el tráfico de drogas en nuestro país.
Por donde se mire, drogas y democracia se repelen. No hay sistema libre, sano y justo que pueda sostenerse sobre una sociedad debilitada, corrompida, enferma moral y físicamente por el vicio. Las encuestas muestran que más del 70% de la población peruana no está de acuerdo con la legalización. No es pacatería ni conservadurismo, es certeza de que no puede haber paz, tranquilidad ni progreso allí donde los ánimos están alterados, el espíritu minado y las mentes embotadas por el uso y abuso de sustancias intoxicantes. A menos, claro está, que se quiera una muchedumbre fácilmente manejable, preocupada por buscar la próxima dosis antes que por los asuntos de la patria.
Pero volvamos a la prensa perpetrada desde Ideele. Una de sus principales características es su cautela sobre las inversiones mineras de quien la sustenta. Por esa vía no nos enteraremos de los conflictos socioambientales generados por la minera Barrick Misquichilca, a saber vinculada a Soros. Nada dicen de cómo ha afectado el rendimiento agrícola, ganadero y la calidad del agua en las cuencas de Perejil, Caballo Moro y Chuyugual, en la sierra de La Libertad, ni del sufrimiento del pueblo de Marinayoc, Áncash, por la contaminación de sus recursos hídricos. ‘Mucho dinero’, seguramente. Pero no solo silencian esto.
En días recientes, por ejemplo, la prensa de Soros, dirigida por Gorriti Ellenbogen, mencionó una reunión de extrema derecha donde hasta se aclamó la sanguinaria dictadura militar argentina. Ideele Reporteros reveló la presencia, en esa cita, de Rafael Franco de la Cuba, alias ‘Capulina’. En esa nota se recuerda que en agosto de 1996 este fue acusado por Demetrio Chávez Peñaherrera ‘Vaticano’ de ser el intermediario de Vladimiro Montesinos para cobrar cupos por los cargamentos de pasta básica de cocaína que salían de la base militar de Campanilla. ‘Capulina’ pasó al retiro en el 2005 e hizo –según explica IDL– “carrera como defensor de militares que afrontan acusaciones por violaciones a los derechos humanos”. Lo que obvia la prensa del narcopromotor es que ‘Capulina’ es, ni más ni menos, abogado de Amílcar Gómez Amasifuén, acusado de sobornar a los testigos de las violaciones de derechos humanos en Madre Mía, imputados al candidato nacionalista Humala. Y Gorriti calla hoy mucho de lo que ayer vociferó, por ejemplo, eso de que Humala era el “piquichón del Orinoco”, una “amenaza” para la democracia y “hombre de confianza del ultramontesinista general Cano Angulo”. ¿Todo esto es por afán de cambiar el curso de las cosas por ‘mucho dinero’?


El Comercio, 28 de mayo de 2011

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