El periodista Gustavo Gorriti escribió en el 2006 que “con Ollanta Humala viene el proyecto de una dictadura cívico-militar. Más militar que cívica, y con fortísimos elementos fascistas”. Decía también: “olvídense de Evo Morales [que es otra cosa, un líder sindical civil] y piensen en Montesinos. Sí, en Montesinos”. Añadía Gorriti: “Ollanta Humala dice que no hay fujimoristas en su grupo, y de repente tiene razón: solo hay montesinistas. Dice también que no hay generales montesinistas, y de repente tiene razón otra vez: solo hay coroneles y comandantes montesinistas”.
Pero, para el periodista Gorriti todo eso que pensó y escribió alertando a la ciudadanía ha quedado en el pasado remoto. Bien, démosle el beneficio de la duda y asumamos ilusamente que hoy no hay militares montesinistas en el entorno humalista. ¿Pero qué hacemos con esta frase de Gorriti? Según explicaba en el 2006, la llegada de Humala al poder significaría ingresar en “los tiempos de la doctrina Madre Mía”.
Después de esa aseveración no queda resquicio para la duda. ¿Por qué? Simplemente porque es un hecho comprobado que Humala fue el ‘capitán Carlos’, que operó en la base contrasubversiva de Madre Mía y diversas versiones lo vinculan a torturas y desapariciones forzadas. “La República”, dirigida por Gustavo ‘Chicho’ Mohme Seminario, en nota suscrita por el periodista Edmundo Cruz, sostuvo que el personaje hoy inventado por los asesores brasileños Favre y Garreta “obtuvo calificativo sobresaliente por operativo en que se violaron los derechos humanos”. Cruz afirmaba en ese diario que el informe de eficiencia del oficial (IEO) Humala revelaba que lo de “sobresaliente” tenía que ver con su desempeño en operaciones. “¿Cuáles operaciones?”, se preguntó Cruz afirmando que la más importante fue la: “Operación Cuchara, descrita por el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación como una acción violatoria de los derechos humanos”.
Ni se crea que la cosa queda allí. Según citaba el hoy diario partisano del humalismo apoyándose en testimonios del informe de la CVR: “Uno de los objetivos de esta operación fue dar una lección a los pobladores […], así fueran inocentes, porque la gente creía demasiado [en la subversión] […] Primero bombardearon la zona, entraron los helicópteros, casa que encontraban casa que quemaban, con kerosene, gasolina, [desconozco] cuántas personas fueron asesinadas” [esto último lo atribuye el diario de los Mohme al testigo militar 492520 de la CVR].
No parece haber razón para poner en duda la acuciosa investigación de Edmundo Cruz en el 2006, pues como escribió Carlos Basombrío en “Perú.21”, bajo la dirección de Augusto Álvarez Rodrich: “Edmundo Cruz no es un joven periodista en busca de gloria fácil. Todo lo contrario, es uno de los más experimentados y destacados ‘sabuesos’ que hay en el medio. En particular, tiene una larga trayectoria investigando crímenes de derechos humanos”. Basombrío –ex viceministro del Interior y tres veces director del IDL– resaltaba las “nuevas e importantes evidencias de la responsabilidad de Ollanta Humala en violaciones a los derechos humanos”, aportadas por Cruz. Cosas del Orinoco, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH), hoy regentada por la poeta Rocío Silva Santisteban, avalaba entonces esas denuncias que hoy vergonzosamente calla, como callan Gorriti, Basombrío, Mohme y el IDL. ¿Cambiaron de pronto de opinión o las víctimas de Madre Mía jamás les importaron?
Hay algo bastante escabroso que fue consignado por el diario mohmista el sábado 24 de junio del 2006. Un asunto que al menos debiera sonrojar a quienes por aconchabarse en el poder apoyan a Humala de última, solo después de que el ex presidente Toledo no pasara a segunda vuelta. En esa nota Humala dijo “no he torturado, ni he privado de su libertad a nadie y menos matado fuera de combate”. A confesión de parte relevo de pruebas: el comandante retirado –que promovió y avaló el sangriento golpe contra el gobierno legítimo y democráticamente elegido de Alejandro Toledo–, este admirador de las tiranías de Fidel, de Chávez y de Velasco, que aspira a ser presidente del Perú, este ex soldado de tiempos del montesinato mató en combate.
Lo interesante sería saber cómo, a quiénes, dónde están esos cuerpos, si efectivamente eran terroristas y qué exactamente considera “combate”. Interesante sería conocer también qué piensa Humala de las denuncias de “La República”. ¿Mintió ese diario en el 2006? La respuesta solo la conocen Gustavo ‘Chicho’ Mohme y Humala, su candidato del alma. ¡Madre Mía!
Pero, para el periodista Gorriti todo eso que pensó y escribió alertando a la ciudadanía ha quedado en el pasado remoto. Bien, démosle el beneficio de la duda y asumamos ilusamente que hoy no hay militares montesinistas en el entorno humalista. ¿Pero qué hacemos con esta frase de Gorriti? Según explicaba en el 2006, la llegada de Humala al poder significaría ingresar en “los tiempos de la doctrina Madre Mía”.
Después de esa aseveración no queda resquicio para la duda. ¿Por qué? Simplemente porque es un hecho comprobado que Humala fue el ‘capitán Carlos’, que operó en la base contrasubversiva de Madre Mía y diversas versiones lo vinculan a torturas y desapariciones forzadas. “La República”, dirigida por Gustavo ‘Chicho’ Mohme Seminario, en nota suscrita por el periodista Edmundo Cruz, sostuvo que el personaje hoy inventado por los asesores brasileños Favre y Garreta “obtuvo calificativo sobresaliente por operativo en que se violaron los derechos humanos”. Cruz afirmaba en ese diario que el informe de eficiencia del oficial (IEO) Humala revelaba que lo de “sobresaliente” tenía que ver con su desempeño en operaciones. “¿Cuáles operaciones?”, se preguntó Cruz afirmando que la más importante fue la: “Operación Cuchara, descrita por el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación como una acción violatoria de los derechos humanos”.
Ni se crea que la cosa queda allí. Según citaba el hoy diario partisano del humalismo apoyándose en testimonios del informe de la CVR: “Uno de los objetivos de esta operación fue dar una lección a los pobladores […], así fueran inocentes, porque la gente creía demasiado [en la subversión] […] Primero bombardearon la zona, entraron los helicópteros, casa que encontraban casa que quemaban, con kerosene, gasolina, [desconozco] cuántas personas fueron asesinadas” [esto último lo atribuye el diario de los Mohme al testigo militar 492520 de la CVR].
No parece haber razón para poner en duda la acuciosa investigación de Edmundo Cruz en el 2006, pues como escribió Carlos Basombrío en “Perú.21”, bajo la dirección de Augusto Álvarez Rodrich: “Edmundo Cruz no es un joven periodista en busca de gloria fácil. Todo lo contrario, es uno de los más experimentados y destacados ‘sabuesos’ que hay en el medio. En particular, tiene una larga trayectoria investigando crímenes de derechos humanos”. Basombrío –ex viceministro del Interior y tres veces director del IDL– resaltaba las “nuevas e importantes evidencias de la responsabilidad de Ollanta Humala en violaciones a los derechos humanos”, aportadas por Cruz. Cosas del Orinoco, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH), hoy regentada por la poeta Rocío Silva Santisteban, avalaba entonces esas denuncias que hoy vergonzosamente calla, como callan Gorriti, Basombrío, Mohme y el IDL. ¿Cambiaron de pronto de opinión o las víctimas de Madre Mía jamás les importaron?
Hay algo bastante escabroso que fue consignado por el diario mohmista el sábado 24 de junio del 2006. Un asunto que al menos debiera sonrojar a quienes por aconchabarse en el poder apoyan a Humala de última, solo después de que el ex presidente Toledo no pasara a segunda vuelta. En esa nota Humala dijo “no he torturado, ni he privado de su libertad a nadie y menos matado fuera de combate”. A confesión de parte relevo de pruebas: el comandante retirado –que promovió y avaló el sangriento golpe contra el gobierno legítimo y democráticamente elegido de Alejandro Toledo–, este admirador de las tiranías de Fidel, de Chávez y de Velasco, que aspira a ser presidente del Perú, este ex soldado de tiempos del montesinato mató en combate.
Lo interesante sería saber cómo, a quiénes, dónde están esos cuerpos, si efectivamente eran terroristas y qué exactamente considera “combate”. Interesante sería conocer también qué piensa Humala de las denuncias de “La República”. ¿Mintió ese diario en el 2006? La respuesta solo la conocen Gustavo ‘Chicho’ Mohme y Humala, su candidato del alma. ¡Madre Mía!
El Comercio, 21 de mayo 2011
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