sábado, noviembre 18, 2017

LA DESHONRA

En 2011 la revista Latin Trade nombró a Marcelo Odebrecht CEO (Director Ejecutivo) del año, pues bajo su batuta el crecimiento de Odebrecht era imparable. Entonces declaró: “Me gusta decir que el CEO de Odebrecht es más parecido a la reina de Inglaterra, pues mi rol se relaciona con preservar la cultura del grupo…”. El príncipe heredero de la multinacional brasilera se comparaba con la cabeza monárquica de una potencia, que, como Gran Bretaña, dominó alguna vez tres cuartas partes del planeta. ¿Fue un afán de control y expansión lo que impulsó su sofisticada arquitectura de sobornos y lavado de activos, que por esos años ya compraba voluntades en América Latina y África?
Es difícil comprender la personalidad de quienes como él son capaces de ensuciar su propio apellido y mancillar la memoria y el honor de sus antepasados para acumular dinero y jugar al éxito. Marcelo hizo de la corrupción su marca, la enquistó en los poderes económicos, mediáticos, abogadiles, judiciales y políticos de los países donde operó. Su legado es una metástasis que requiere urgente tratamiento para que no siga carcomiendo la confianza, la democracia y la moral de la población. No hacerlo es aceptar que la corrupción es una burocracia institucionalizada, más poderosa que todo gobierno de turno y que es el partido político que ganará cualquier elección, o sea que el Estado de Derecho es apenas la sucursal de una organización criminal diseñada en Brasil.  Y este sujeto de marras mantiene su poder sobre nuestro país: primero con el secretismo de sus coimas y ahora con las revelaciones de a quiénes y para qué las entregó.
En 2014 la hoy congresista Yeni Vilcatoma (entonces procuradora anticorrupción adjunta) acusó a Daniel Figallo, ministro humalista de Justicia, de intentar proteger a Odebrecht y lo grabó diciendo: “¿Tú sabes quién es Odebrecht? Odebrecht pone y saca presidentes, Odebrecht es el dueño del Perú, es el dueño de Latinoamérica”; y la botaron. El excongresista Juan Pari emitió un informe en minoría porque el pasado Congreso no quiso debatir sobre “Lava Jato”. Ver: https://ia601902.us.archive.org/19/items/InformeJuanPari2016/InfPari2016.pdf
Este año la doctora Katherine Ampuero, procuradora anticorrupción, se enteró de su despido cuando la exministra de Justicia Marisol Pérez lo soltó en televisión; desencadenando la renuncia de la presidenta del Consejo de Defensa Jurídica del Estado, Julia Príncipe.
¿Odebrecht es nuestro “dueño” vía los lumpen peruanos de cuello blanco?
Martha Meier M.Q.
Diario Expreso, 18 de noviembre de 2017

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