Agarre papel y lápiz porque aquí va la "dirección" del paraíso, o lo que es lo mismo, de la Reserva Nacional de Pucacuro. Para llegar hay que tomar esas supercarreteras fluviales que son los ríos amazónicos y partiendo de Iquitos navegar aguas abajo por el río Amazonas, tomar la ruta del Marañón hasta ingresar al Tigre, seguir, seguir y seguir hasta llegar a Intuto, capital del distrito del Tigre, desde donde se ingresa al Pucacuro, afluente izquierdo del río con nombre de felino. Apenas 272 kilómetros separan a la bulliciosa ciudad de Iquitos de la novísima reserva. Ayer la menos promocionada de nuestras áreas naturales protegidas cumplió un añito de vida oficial y de ser integrada a ese "ente" -en la peor acepción que pueda tener la palabra- llamado Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp).
EL AMIGO PEPE
Detrás de cada grande o pequeña gesta hay un soñador que, a fuerza de optimismo, terquedad, convicción y, a veces, con esa energía propia de la indignación, termina por hacer realidad lo imposible. En esta historia ese hombre se llama José Álvarez Alonso, Pepe para los amigos y para el resto. Biólogo y ex sacerdote español, Pepe sintió el llamado de la selva y comprendió que su misión era salvar el alma de las gentes de la insensibilidad hacia la naturaleza y proteger la creación.
A comienzos de la década de los noventa, cuando todavía era un joven sacerdote, se internaba largas temporadas en la zona del Pucacuro. Estudiaba, recopilaba, verificaba y contrastaba datos. Pasaba largos días con sus noches acompañado solamente por la sinfonía amazónica y los insectos que le dejaron marcada la piel y un cuerpo memorioso de la malaria y otros males tropicales. Regresaba alucinado, como quien se ha cruzado con un ángel en la ruta, con la mirada más limpia y una alegría contagiosa. Su único afán era que se estableciera la Reserva Comunal del Pucacuro. Eso fue en la última década del siglo XX, y en la segunda del XXI ya avanzados la participación de la comunidad y los planes, se inscribió, finalmente, la partida de nacimiento de la Reserva Nacional de Pucacuro. No se puede hablar de ella sin mencionar y agradecer a Pepe Álvarez Alonso, ese hombre irremediablemente verde que sigue tratando de proteger otros rincones de la Amazonia, especialmente el territorio de las poblaciones originarias.
RICO NORTE
Desde hace varios años la selva norte está revelándose como un enclave de variadísima vida. Loreto es, probablemente, la zona de mundo más rica en especies de árboles. En 1998, cerca de la carretera Iquitos-Nauta, se contabilizaron 1.416 especies de árboles de 75 familias distintas, en apenas 2,25 hectáreas, y en el distrito de Jenaro Herrera se registró la mayor diversidad de palmeras: 34 especies de 21 géneros, en apenas media hectárea. "En Pucacuro, por hectárea, se dan hasta 300 especies de árboles de más de diez centímetros. Esto es un centenar más que los identificados en el Manu, que se consideran los bosques más diversos del mundo", mencionaba Álvarez en los años noventa. Y el año pasado científicos de Estados Unidos, Europa y Ecuador señalaron que Loreto es uno de los lugares más biodiversos de América Latina. Pero no todo son buenas noticias: Matt Finer, de la ONG Save America's Forests, explica que "los lotes petrolíferos 39, 67, 121, 123 y 129 se superponen a la zona con máxima biodiversidad".
PARAÍSO PARA CUIDAR
La cuenca del Pucacuro es un ejemplo de la gran riqueza de la selva norte. A lo largo de su historia sufrió los embates madereros, caucheros, caza furtiva y pesquería comercial. La presión humana se redujo considerablemente desde la década de 1970, y básicamente las poblaciones aledañas (mayoritariamente Kichwas-Alamas) son las únicas que dependen de los recursos de la zona. En cuanto a los habitantes originales, Pepe Álvarez ha escrito: "Resta un pequeño grupo aún incontactado, presumiblemente de la etnia Taushiro [casi extinta]... hay sospechas de que sobreviven en zonas remotas, cerca de la frontera con Ecuador".
Como nos recuerda Pepe, "por sus peculiares condiciones geográficas y ecológicas alberga una riqueza faunística excepcional". Es hábitat de especies amenazadas como el maquisapa cenizo, el lobo de río, el paujil de vientre blanco, el armadillo gigante, entre otras. Corresponde, pues, al Estado la efectiva protección de este lugar donde ya se desarrollan estrategias conjuntas con el aledaño parque Yasuni, del Ecuador. Ambos espacios albergan la mayor diversidad de flora y fauna del continente.
LA FICHA
Nombre: Reserva Nacional de Pucacuro
Ubicación: distrito de El Tigre, provincia y departamento de Loreto.
Extensión: 637.953,83 hectáreas.
Cochas (lagunas): 40, con gran diversidad de peces.
Principales ecosistemas: bosques de colina y terrazas bajas, bosques de varillales altos, bosques inundables o "tahuampa" y grandes extensiones de aguajales (pantanal donde impera la palmera que da el fruto aguaje).
Objetivos: Proteger una muestra representativa de los bosques húmedos de la ecorregión Napo y del Centro Endémico del Napo, y las nacientes de la cuenca del Pucacuro, conservando la continuidad de los procesos ecológicos que generen bienes y servicios ambientales para la comunidad.
El Comercio, 24 de octubre de 2011
EL AMIGO PEPE
Detrás de cada grande o pequeña gesta hay un soñador que, a fuerza de optimismo, terquedad, convicción y, a veces, con esa energía propia de la indignación, termina por hacer realidad lo imposible. En esta historia ese hombre se llama José Álvarez Alonso, Pepe para los amigos y para el resto. Biólogo y ex sacerdote español, Pepe sintió el llamado de la selva y comprendió que su misión era salvar el alma de las gentes de la insensibilidad hacia la naturaleza y proteger la creación.
A comienzos de la década de los noventa, cuando todavía era un joven sacerdote, se internaba largas temporadas en la zona del Pucacuro. Estudiaba, recopilaba, verificaba y contrastaba datos. Pasaba largos días con sus noches acompañado solamente por la sinfonía amazónica y los insectos que le dejaron marcada la piel y un cuerpo memorioso de la malaria y otros males tropicales. Regresaba alucinado, como quien se ha cruzado con un ángel en la ruta, con la mirada más limpia y una alegría contagiosa. Su único afán era que se estableciera la Reserva Comunal del Pucacuro. Eso fue en la última década del siglo XX, y en la segunda del XXI ya avanzados la participación de la comunidad y los planes, se inscribió, finalmente, la partida de nacimiento de la Reserva Nacional de Pucacuro. No se puede hablar de ella sin mencionar y agradecer a Pepe Álvarez Alonso, ese hombre irremediablemente verde que sigue tratando de proteger otros rincones de la Amazonia, especialmente el territorio de las poblaciones originarias.
RICO NORTE
Desde hace varios años la selva norte está revelándose como un enclave de variadísima vida. Loreto es, probablemente, la zona de mundo más rica en especies de árboles. En 1998, cerca de la carretera Iquitos-Nauta, se contabilizaron 1.416 especies de árboles de 75 familias distintas, en apenas 2,25 hectáreas, y en el distrito de Jenaro Herrera se registró la mayor diversidad de palmeras: 34 especies de 21 géneros, en apenas media hectárea. "En Pucacuro, por hectárea, se dan hasta 300 especies de árboles de más de diez centímetros. Esto es un centenar más que los identificados en el Manu, que se consideran los bosques más diversos del mundo", mencionaba Álvarez en los años noventa. Y el año pasado científicos de Estados Unidos, Europa y Ecuador señalaron que Loreto es uno de los lugares más biodiversos de América Latina. Pero no todo son buenas noticias: Matt Finer, de la ONG Save America's Forests, explica que "los lotes petrolíferos 39, 67, 121, 123 y 129 se superponen a la zona con máxima biodiversidad".
PARAÍSO PARA CUIDAR
La cuenca del Pucacuro es un ejemplo de la gran riqueza de la selva norte. A lo largo de su historia sufrió los embates madereros, caucheros, caza furtiva y pesquería comercial. La presión humana se redujo considerablemente desde la década de 1970, y básicamente las poblaciones aledañas (mayoritariamente Kichwas-Alamas) son las únicas que dependen de los recursos de la zona. En cuanto a los habitantes originales, Pepe Álvarez ha escrito: "Resta un pequeño grupo aún incontactado, presumiblemente de la etnia Taushiro [casi extinta]... hay sospechas de que sobreviven en zonas remotas, cerca de la frontera con Ecuador".
Como nos recuerda Pepe, "por sus peculiares condiciones geográficas y ecológicas alberga una riqueza faunística excepcional". Es hábitat de especies amenazadas como el maquisapa cenizo, el lobo de río, el paujil de vientre blanco, el armadillo gigante, entre otras. Corresponde, pues, al Estado la efectiva protección de este lugar donde ya se desarrollan estrategias conjuntas con el aledaño parque Yasuni, del Ecuador. Ambos espacios albergan la mayor diversidad de flora y fauna del continente.
LA FICHA
Nombre: Reserva Nacional de Pucacuro
Ubicación: distrito de El Tigre, provincia y departamento de Loreto.
Extensión: 637.953,83 hectáreas.
Cochas (lagunas): 40, con gran diversidad de peces.
Principales ecosistemas: bosques de colina y terrazas bajas, bosques de varillales altos, bosques inundables o "tahuampa" y grandes extensiones de aguajales (pantanal donde impera la palmera que da el fruto aguaje).
Objetivos: Proteger una muestra representativa de los bosques húmedos de la ecorregión Napo y del Centro Endémico del Napo, y las nacientes de la cuenca del Pucacuro, conservando la continuidad de los procesos ecológicos que generen bienes y servicios ambientales para la comunidad.
El Comercio, 24 de octubre de 2011
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