El Parque Ecológico Nacional Antonio Raimondi ha sido mutilado por Manuel
Pulgar-Vidal, paradójicamente ministro del Ambiente. Lima no anda como para
encoger los espacios en los que pueden crearse áreas verdes, a menos que exista
un mundo paralelo con una Lima poblada de jardines, arboledas y bosques.
La capital está anémica de verdor y tranquilidad. Aquí impera la tristeza de
las esteras y el caos vehicular, los humos y ruidos. No hay sustento para la
reducción de 129 hectáreas de lo que iba a ser el mayor parque de Latinoamérica.
Y es aquí donde entra la cuchipanda. Esta amputación beneficia directamente al
proyecto de 11 mil viviendas populares (siempre los pobres como coartada) del
señor Rodolfo Banchero, coincidentemente padre y socio de Carmen Banchero, amiga
cercana de la primera dama.
Según algunas fuentes, Pulgar-Vidal cree que así llegará al cargo al que
realmente aspira: presidente del Consejo de Ministros. Y en su afán, no le
interesa si empaña la imagen de la esposa del presidente. Estamos hablando del
mismo personaje que propuso que el Banco de la Nación compre el oro sucio a la
mafia de la minería ilegal, así es que no debe llamarnos la atención su
conducta, ni su Decreto Supremo 010-2013-MINAM, favorable a un negocio
individual que profundizará la tugurización del último tramo de la ruta que
lleva a Ancón.
El parque Raimondi estaba destinado a ser el gran filtro purificador del aire
y productor de oxígeno de Lima; un espacio para recreación y acercamiento a la
naturaleza. El sitio fue creado en el 2010 por el entonces ministro Antonio
Brack, durante la presidencia de Alan García. Sobre 8.259 hectáreas, se planteó
recuperar la flora y fauna propias de la costa, generar un gran espacio de
integración comunal, elevar la calidad de vida vecinal y crear un polo de
atracción ecoturística, de invitación al descanso y el desarrollo de un refugio
natural y circuito de observación de aves.
Todo esto muy cerca del sitio arqueológico de Ancón y el invalorable museo de
sitio, gestado por quien fuera director de este Diario, don Alejandro Miró
Quesada Garland, y otros notables anconeros.
Cuando su decreto contra el equilibrio ecológico fue publicado, el ministro
estaba en Nueva York. En esa ciudad a nadie se le ocurriría lotizar un trozo del
Central Park (visitado y disfrutado por 25 millones de personas, anualmente). Si
Pulgar habría dado un decreto en esa ciudad contra su parque, estaría destituido
y sentado en el banquillo de los acusados. Pero en Lima no pasa nada cuando el
ministro -por ambiciones políticas personales- facilita los negocios de amigos
del gobierno, en este caso Banchero y su empresa Desarrollos de Proyectos
Inmobiliarios (DPI), cuyo 95% de acciones pertenece a Negociaciones ARA, cuya
copropietaria es Carmen Banchero, la 'amiguísima' de la señora Heredia de
Humala. DPI saltó a la luz debido a una denuncia de corrupción y estafa al Fondo
de Vivienda Policial, por la construcción de viviendas en Lurín.
¿Quién será denunciado por mutilar un parque que ya hasta recibía apoyo de
empresas y de la cooperación internacional? Nadie.
Hasta mayo pasado
El Parque Raimondi era un área intangible
- En el 2011, el Congreso declaró la intangibilidad del parque y lo nombró
área natural protegida. Sin embargo, en mayo último, el Minam le retiró esa
calificación, luego de concluir que el 80% del parque no cumplía con los
criterios de biodiversidad necesarios para ese rango.
El mundo al revés
Habrá menos árboles, pero más cemento
- El D.S.010-2013-MINAM, firmado por Pulgar Vidal, beneficia al proyecto
promovido por DPI, la inmobiliaria cuya co-propietaria es Carmen Banchero, amiga
de la Primera Dama. Así, el verde de los árboles se reemplazará por toneladas de
cemento.
El Comercio, 25 de setiembre de 2013
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