Páginas

lunes, diciembre 30, 2013

El cáncer que nos rodea

Cada día, a la una de la tarde, la visibilidad en San Juan de Lurigancho es de 500 metros, en el mejor de los casos. Allí, como en otros distritos profundamente contaminados, la alta concentración de partículas suspendidas en el aire crea una "niebla" que permite literalmente "ver" lo que se respira.
Inhalamos y exhalamos sin percatarnos, de otra manera moriríamos en pocos minutos porque nuestra vida, como la de casi todos los organismos vivientes sobre la Tierra, requiere del oxígeno presente en el aire. Ese aire que carga, por desgracia, venenos invisibles procedentes de las actividades del hombre. Venenos enferman: respirar se está convirtiendo en sinónimo de muerte lenta. La noticia es pésima.
La Agencia para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) acaba de revelar la vinculación del cáncer con la mala calidad del aire, tan propio de las ciudades y áreas industriales (Lima, no es la excepción).
La Organización Mundial de la Salud, OMS ya incluyó el aire contaminado -como el que respiramos en este instante- en la categoría de agentes cancerígenos, junto al cigarrillo, la radiación ultravioleta y el plutonio.
Hasta hace poco la mala calidad del aire se asociaba con enfermedades respiratorias, pulmonares, cardiovasculares y hepáticas. Hoy se sabe que desencadena cánceres (223.000 muertes anuales por cáncer pulmonar, globalmente). Se le relaciona con los cada vez más frecuentes casos de cánceres de vejiga.
"La reciente evidencia confirma la urgencia de que los gobiernos, la industria y las agencias multinacionales aborden las causas ambientales del cáncer", declaró a la BBC la doctora Rachel Thompson, del Fondo Internacional de Investigación Mundial del Cáncer.
La pobre Lima, en manos de la autoridad más inepta que se recuerde, figura entre las ciudades con el peor aire de América Latina. El problema es anterior a Susana Villarán de la Puente, pero podríamos preguntarle ¿qué está haciendo? La respuesta es obvia: nada, salvo una web que difunde el "pensamiento Susana". O sea: "Para enfrentar los problemas de contaminación del aire en Lima Metropolitana, se requiere de una gestión a largo plazo que contemplen medidas técnico - legales. Sin embargo, se deben de efectuar otras medidas de corto y mediano plazo que tengan un impacto importante sobre las emisiones que alteran la calidad del aire [...]". Cómo haría Condorito: ¡Plop!
¿Quién está solucionando el problema? El mercado. Aunque los niveles son aún preocupantes, la contaminación se redujo casi a la mitad en los últimos años, gracias al ingreso de miles de nuevos automóviles -chinos e indios- con motores más eficientes y precios asequibles. Allí donde fallan las autoridades, la economía de mercado funciona. Y esa evidencia a los rojos los pone más rojos, de cólera.

El Comercio, 19 de octubre de 2013

2 comentarios:

  1. no puedo estar de acuerdo con un análisis que desconoce todo fundamento sobre la naturaleza de la combustión de los motores endotermicos a chispa y compresión, solo puedo recordarle su articulo , el oro esta en el cerebro, y asesorarse seria lo adecuado.

    ResponderBorrar
  2. solo puedo añadir que lo que entra, sale ........y a buen entendedor pocas palabras.....mejoren la calidad de las adquisiciones de combustible y no sueñen con milagrosos automoviles capaces de neutralizar cualquier veneno alimentado.

    ResponderBorrar