En abril del año pasado, Jim Yong Kim visitaba el Perú. Fue aquí que recibió
la noticia de su nombramiento como presidente del Grupo del Banco Mundial (GBM),
a propuesta de Barack Obama. Hoy vuelve para empezar actividades oficiales el
lunes 1 de julio.
El doctor Jim Yong Kim no es ajeno a nuestro país. Como cofundador y director
ejecutivo de Partners in Health (PIH), una organización global comprometida con
el mejoramiento de la salud de los más pobres, realizó proyectos de prevención
de tuberculosis en zonas vulnerables como Carabayllo, a comienzos de la década
de los 90.
Es poco menos que una bendición que un médico encabece la más poderosa
institución financiera multilateral. Pergaminos para el cargo le sobran: se
doctoró en Medicina en 1991 en la Harvard Medical School (donde dirigió el
Departamento de Salud Global) y en 1993 optó por el doctorado en Antropología. A
diferencia de sus 11 antecesores, no es un hombre de finanzas (¡felizmente!).
Su sola presencia ya ha empezado a cambiar los enfoques y las prioridades del
GBM, tal como lo anunciara él mismo: "Orientaré la institución que promueve el
desarrollo un poco más hacia los temas de salud". Con una sincera preocupación
por los menos favorecidos, le está cambiando la cara al banco y el cuco ha
pasado a ser una mano amiga.
Aquí se reunirá con el presidente Ollanta Humala y firmará un acuerdo de
educación que beneficiará a unos seis millones de alumnos de 40.000 escuelas,
mejorando la calidad de la docencia y la transparencia en la selección de
directores escolares.
El Perú es su primera escala. Luego seguirá a Chile para entrevistarse con el
presidente Piñera y en Bolivia promoverá la producción de quinua mediante un
convenio con Evo Morales. Su viaje por tres países andinos renueva el compromiso
del banco con la reducción de la pobreza extrema y la inclusión. Entre los
objetivos de esa institución -recordemos- están: erradicar la pobreza extrema
para el 2030 e impulsar la prosperidad compartida entre el 40% más pobre.
Kim ha dicho: "La región ha avanzado mucho desde la 'década perdida' de 1980,
y emerge como uno de los motores de crecimiento a nivel mundial. Pero aún queda
mucho por hacer para que todos los latinoamericanos compartan la creciente
prosperidad. Para que las promesas se vuelvan realidad, los diseñadores de
políticas deberán garantizar que los avances económicos beneficien a todos los
ciudadanos".
El doctor del banco viajará a Cusco con la primera dama, Nadine Heredia, para
verificar los proyectos rurales apoyados por su institución.
Ninguna inversión mejor que en las tres áreas que preocupan a Kim: nutrición,
salud y educación. Finalmente eso es lo que engrandece y hace avanzar a un país.
¡Bienvenido!
El Comercio, 29 de junio de 2013
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