El arquitecto Juan Günther Doering (Trujillo 1927-Lima 2012) soñó con Lima,
como pocos. Y, suponemos, que alguna pesadilla habrá tenido al ver su caótico
devenir. Vivió Lima, se obsesionó con ella y estudió su evolución desde los
tiempos precolombinos. Vislumbró un mañana mejor, pero también alertó sobre los
peligros que la acechaban por la miopía de las autoridades y la ignorancia de
sus vecinos. Atesoró a Lima en una inmensa colección fotográfica, de grabados,
planos y mapas que cubre prácticamente la larga historia de la capital.
Nuestra arquitectura, decía, fue gestora de casi la totalidad de los estilos
en América Latina. Acá se formó a los constructores y alarifes que "iban regando
(por el resto de América, desde Nicaragua hasta Tierra del Fuego) el estilo
limeño".
Un libro lanzado recientemente por El Comercio reúne el trabajo de quien nos
legó una obra imperecedera. Un mensaje para quienes pretenden dirigir los
destinos de esta metrópoli. Nadie más que él dedicó medio siglo para comprender
este fenómeno llamado Lima.
Estudió en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Artes de la Universidad
Nacional de Ingeniería, UNI, hizo un posgrado en Urbanismo y Geografía Urbana en
el Instituto de Urbanismo de París y en la Escuela de Altos Estudios de la
Sorbona. Además, creó obras como el Centro Cívico de Argel, junto al notable Le
Corbusier. Y, pese a tener proyección internacional, optó por echar raíces en
nuestra capital.
Advirtió sobre el desbordado y desordenado crecimiento de la población. Meses
antes de partir explicaba preocupado: "Cada año se suman 160 mil limeños más, es
decir, 100 familias diarias que requieren casas, mercados, escuelas,
electricidad". Y enfatizaba que la capital "tiene poco espacio para expandirse"
y que ya se "está agotando". De hecho, Lima crece hacia arriba, enormes
edificios rascan las nubes y las estrechas calles obstruyen la luz natural
creando más sombras en un lugar de por sí sombrío.
Las viejas casonas caen una tras otra para dar paso a altas moles que
sepultan jardines y patios. La demanda inmobiliaria crece. ¿Los espacios
apretados que terminan por hacinar son la respuesta o el inicio de un problema
que afecta la salud emocional y la vida vecinal? Y qué decir de los rocosos
cerros poblados hasta peligrosas alturas, y del canibalismo del verdor de los
tres valles: Rímac, Chillón y Lurín.
Como los seres humanos, las ciudades tienen una identidad propia que las hace
únicas. Comentaba Günther que la geografía, la cultura, la historia y las
costumbres determinan la "personalidad" de las urbes. Esta se forja de a pocos,
a lo largo del tiempo. "Hacer ciudad", para él, implicó conocer el presente y
sus factores sociales, económicos, urbanos, el espacio territorial y los modos
de ocuparlo. La ciudad es un organismo vivo que se gesta, nace, crece y en el
proceso puede enfermar y morir por falta de prevención y de visión.
Arquitecto Juan Günther, cuánta falta nos hace, pero allí están sus libros y
sus enseñanzas. Solo falta la voluntad de seguir su huella y solucionado el
problemón.
Dos ya salieron a la venta
Los cuatro tomos los publica El Comercio
- Los primeros dos tomos de "Memorias de Lima" ya están a la venta en
quioscos, supermercados y librerías Zeta Bookstore. Los viernes 28 de junio y 5
de julio saldrá un cupón en el cuerpo A de este Diario. Con estos podrá
conseguir los dos tomos que faltan a solo S/.15 cada uno.
Palabras del director
Un testimonio valioso sobre nuestra capital
- En la presentación del libro, realizada el lunes, Francisco Miró Quesada
Rada, director de este Diario, sostuvo que se trata de un valioso testimonio
bibliográfico y, sobre todo, visual, sobre la geografía, el pasado prehispánico
y desarrollo de Lima.
El Comercio, 26 de junio de 2013
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