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sábado, mayo 18, 2013

El pelirrojo loco y la pistola de René

VINCENT VAN GOGH, EL GENIAL Y PERTURBADO PINTOR HOLANDÉS, NO SE SUICIDÓ: FUE VÍCTIMA DE UN DISPARO ACCIDENTAL. AL MENOS ASÍ LO SOSTIENE UNA INVESTIGACIÓN DE STEVEN NAIFEH Y GREGORY WHITE SMITH.


Steven Naifeh y Gregory White Smith, ganadores de un premio Pulitzer por su investigación sobre el pintor estadounidense Jason Pollock, analizaron por diez años el suicidio del pintor Vincent van Gogh y sacaron a la luz una publicación de 900 páginas sobre la vida y los últimos días del genial holandés. Su conclusión es que los responsables de su muerte pudieron haber sido los jóvenes René y Gastón Secrétan y una pistola malograda a la que se le escapó un tiro. La nueva interpretación ha sido bien acogida por la comunidad científica y aunque los autores no descartan, categóricamente, que Van Gogh pudiera haberse suicidado, afirman que el peso de la evidencia pinta como más probable un escenario de accidente.


LA LEYENDA
La historia sobre la muerte del genio, pues, estaba equivocada, pero tanático como es el ser humano, durante 122 años se la repitió, reescribió, recreó, teatralizó y hasta se llevó al cine. Nadie cuestionó que a los 37 años el creativo holandés se disparase en el pecho.
Se prefirió creer que fue víctima de un profundo estado de melancolía, que su sensibilidad hizo que la vida y el arte le dolieran demasiado: un final perfecto para una película sobre la debilidad del espíritu humano. Pero no parece haber sido así.

EL SOL DE LA CAMPIÑA
El día fatídico, el pelirrojo paseaba bajo el sol admirando los colores y los contraluces estivales de la campiña de Auberge Ravoux, en las afueras de París. Cargaba sus pinceles, sus lienzos y caballete con la intención de pintar la bucólica belleza que lo cautivaba, pero en vez de eso sacó una pistola y un disparo retumbó en el paisaje caluroso de esa tarde del 27 de julio de 1890. La bala se instaló cerca de su corazón y murió tras dos días de agonía. Adeline Ravoux, hija del dueño de la pensión Ravoux en Auvers-sur-Oise, donde vivió y murió el gran Vincent dijo: "Nada en su actitud podía hacernos presentir lo que iba a pasar".

MUERTE ACCIDENTAL
"Van Gogh, la vida", recientemente publicado en español hace añicos el mito más arraigado de la pintura universal: el suicidio del genio posimpresionista. Según la conclusión de los 'detectives del arte' Steven Naifeh y Gregory White Smith, Pulitzer por su investigación sobre el pintor estadounidense Jason Pollock, la muerte del holandés fue accidental. Tras una larga indagación, el par considera probables responsables a los jóvenes René y Gastón Secrétan y a una pistola malograda. Para muchos será un fin banal para quien apenas dos meses antes había dejado el manicomio y que previamente se había automutilado la oreja.

UN JOVEN INSOPORTABLE
Los jóvenes Secrétan –hijos de un próspero farmacéutico parisino– veraneaban en Auvers, donde frecuentaban al pintor. Gastón, el mayor, a sus 18 años era un joven sensible con marcada inclinación por el arte y la música, antes que por la pesca o la caza. Muy distinto a su hermano menor René, de 16 años: un pendenciero insoportable que llamaba "pelirrojo loco" a Van Gogh. René se disfrazaba de vaquero y portaba una vieja pistola con la que le disparaba a los patos, ardillas y otras criaturas campestres; de paso, su negocio veraniego consistía en llevar a Auvers a las prostitutas del Moulin Rouge. Van Gogh y los chicos Secrétan solían conversar y beber por horas, siempre y cuando el buscapleitos menor estuviera tranquilo. Naifeh y White creen que esa tarde el pintor coincidió con los hermanos, que se inició una trifulca con René y la vieja pistola se disparó.

NUEVA VERSIÓN
Naifeh y White Smith reescribieron en más de 900 páginas, recientemente traducidas al castellano, un episodio fundamental de la historia del arte universal y de la vida del pintor holandés. Sus conclusiones son bastante razonables, después de todo, ¿quién se dispara y camina más de un kilómetro hasta dónde vive? Adeline, la hija del dueño de la pensión relató: "le vimos aparecer a lo lejos, su paso nos pareció extraño por no decir grotesco. Andaba a grandes zancadas y tambaleándose, con la cabeza un poco inclinada del lado de su oreja mutilada. Se habría dicho que había bebido demasiado, aunque en nuestra casa nunca probó el alcohol. Mi madre le dijo: ¿Qué le ha pasado? Respondió: ¡Oh nada, me he herido! y subió penosamente a su habitación". Pero a estos los investigadores y autores de "Van Gogh, la vida", el suicidio les hacía sentido.

¿LOCO CON PISTOLA?
Pensémoslo así... ¿qué probabilidades hay de que un ex interno psiquiátrico porte un arma de fuego sin que, en un pueblo chico, alguien se preocupe? Esta pregunta se la autoplantearon los autores de la investigación. "Es absurdo creer que se compró una pistola para ahuyentar a los cuervos. No hay cuervos en julio en Auvers, y Van Gogh era un ornitólogo de primera, adoraba los pájaros desde pequeño. No sabemos exactamente lo que ocurrió, ni podemos saber si fue René quien apretó el gatillo. Pero algo pasó en el camino entre René, el picapleitos y beodo, y el pintor colérico y desequilibrado", explicó Naifeh, coautor del libro, en entrevista con un medio español. Ciertos documentos y testimonios, sin embargo, podrían haber enraizado la versión del suicidio que imperó durante tantos años. En una carta, el pintor Emile Bernard le comenta al crítico de arte, pintor y coleccionista Gustave-Albert Aurier (31 julio 1890): "Nuestro querido amigo Vincent murió hace cuatro días. Supongo que usted ya habrá adivinado que se mató. En la tarde del domingo salió al campo cerca de Auvers, apoyó su caballete contra un almiar sacó un revólver y se pegó un tiro [...] Finalmente murió en la tarde de lunes, fumando su pipa mientras explicaba que su suicidio había sido absolutamente deliberado y que lo había hecho en completa lucidez". Está también la versión de la hija del dueño de la pensión que dijo haber escuchado, a escondidas, al pintor diciéndole a su padre: "Me he disparado un tiro. Esperemos que no haya fallado".

¿SIGUE LA INCÓGNITA?
Los investigadores revisaron los testimonios que dieron lugar a la versión del suicidio y concluyeron en su inconsistencia. En 1956, un año antes de morir, René Secrétan dio una entrevista por el estreno de una película sobre el pintor, protagonizada por Kirk Douglas y dirigida por Vincent Minnelli.
Según Naifeh, graduado en Historia del Arte, en Princeton, y de Derecho en Harvard, la entrevista está llena de culpa aunque René jamás confesó nada. Naifeh se apoyó en su formación jurídica para desmontar la tesis del suicidio.
Y como dice uno de los autores: "Uno de los aspectos más fuertes de la personalidad de Van Gogh era su extraordinaria voluntad de seguir viviendo y trabajando a pesar de una vida calamitosa. De hecho, en algunas de sus cartas decía que el suicidio era un acto de cobardía".
Adeline Ravoux, hija del due¤o de la pensi¢n de Ravous en Auvers-sur-Oise, donde vivi¢ y muri¢ el gran Vincent dijo:"Nada en su actitud pod¡a hacernos presentir lo que iba a pasar".

Martha Meier Miró Quesada
Editora Central de Fin de Semana y Suplementos.

El Dominical, 23 de diciembre de 2012


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