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viernes, agosto 21, 2009

Una aberración llamada Taboada

EL DERROCHE COMO CONSIGNA
Viéndolo desde la óptica de la conservación y el desarrollo sostenible el martes se firmará un aberrante contrato: la concesión del proyecto de la planta de tratamiento de aguas residuales Taboada. El pacto del derroche es entre el Estado Peruano y la empresa española ACS (Actividades de Construcción y Servicios, S.A.) presidida por Florentino Pérez, presidente también del Real Madrid. En 26 meses, millones de litros de agua perfectamente reutilizables serán vertidos al mar (como se viene haciendo ahora, solo que limpios). Un proyecto que demuestra la insensibilidad de nuestras autoridades frente a recursos vitales.
Después de El Cairo, Lima es la segunda ciudad más grande del planeta asentada en un desierto. El agua aquí no abunda y a diferencia de El Cairo, que tiene a la mano el gran delta del Nilo, por aquí serpentean tres ríos: Rímac, Lurín, Chillón, de régimen irregular e insuficientes para abastecer adecuadamente a la creciente población capitalina. Recordemos, además, que básicamente toda el agua limeña procede del Rímac. El Perú cuenta con tecnología propia, simple y barata para reciclar y reutilizar las aguas servidas, desde los años 60. El método peruano fue desarrollado por el recordado ingeniero sanitario Alejandro Vinces Araoz (1919-1999). Sus lagunas de oxidación de San Juan han sido premiadas, estudiadas y replicadas en otros rincones del planeta. Vinces Araoz demostró cómo las bacterias, las microalgas y la energía solar estabilizaban la materia fecal y que la fotosíntesis oxigenaba las aguas purificándolas de modo natural. Con esas aguas, logró cultivar en el desierto, creó un bosque de eucaliptos, crio peces para consumo en los estanques y estableció un nuevo punto de descanso para las aves migratorias.
En 1989 la Organización Panamericana de la Salud (OPS) presentó el proyecto en la Conferencia Mundial de Moscú sobre el Medio Ambiente y la Supervivencia Humana, presidida por el famoso astrónomo Carl Sagan. Las lagunas peruanas “fueron consideradas un ejemplo mundial en la lucha contra la contaminación y una manera racional de utilizar el recurso agua”, escribió Vinces en nuestra página de ecología. Si los logros nacionales no son inspiradores, tomemos en cuenta sistemas extranjeros que tienen el común denominador de no despilfarrar el agua (una meta que debió considerarse para Taboada).
En 1983 Viet Ngo ingeniero vietnamita afincado en Estados Unidos fundó Lemna, compañía para comercializar su propio sistema natural de tratamiento de aguas servidas, usando la planta acuática conocida como “lenteja de agua”. Cuando esta crece sin control puede convertirse en una plaga y causar desequilibrios ecológicos, como ocurre por ejemplo en el lago Titicaca. Pero Ngo domina y controla el crecimiento y así descontamina y recicla el agua eficientemente. Con esta tecnología de bajo costo, opera en 16 países con 300 instalaciones. Muchas ciudades vienen optando por sistemas naturales para descomponer la materia fecal, los gérmenes patógenos, ciertos elementos químicos y hasta metales pesados. No se derrocha el agua, se la reutiliza para riego o, como hace Lemna, para convertir sus instalaciones en hermosos jardines y parques acuáticos que invitan al paseo y al goce estético.
El Comercio, 01 de agosto de 2009

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