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sábado, noviembre 02, 2013

El Perú frente al cambio climático

El Perú está catalogado como megadiverso, es decir, un paraje donde la abundancia de formas de vida y de los ecosistemas y climas que la sustentan es, simplemente, superlativa.
Es, sin duda, uno de los parajes privilegiados de la Tierra, donde se dan 28 de los 32 climas existentes y 84 de las 114 zonas de vida conocidas. Nuestro país es casi un planeta, en chiquito.
Si bien todo esto es una fortaleza y una ventaja comparativa, al mismo tiempo es un delicado talón de Aquiles frente al cambio climático. Y es que la variedad de ecosistemas se convierte, en este caso, en una multiplicidad de escenarios naturales donde este cambio en los patrones climáticos impactará de modo distinto e impredecible.
El Perú es uno de los países más vulnerables a este fenómeno, desde un punto de vista ecológico, ambiental, cultural, social, agrícola y económico.
Los potenciales efectos de la incertidumbre climática producen olas de frío, calor intenso, grandes inundaciones (se han incrementado más de 6 veces de 1997 al 2006), cambios en el régimen de lluvias (alterando el calendario agrícola de siembra y cosecha), aparición de nuevas plagas y daños en los animales y en la flora silvestre y cultivada.
En este contexto, saber que nuestro país será sede de la cumbre mundial sobre cambio climático 2014 es especialmente relevante.
El jueves último Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, informó de esta decisión.
Como se sabe, la Conferencia de las Partes (COP) -órgano supremo de la Convención- se reúne anualmente (este año en Polonia), desde que el acuerdo entró en vigor en 1994. La reunión del Perú marcará dos décadas de vigencia de esta convención marco, es decir será conocida como la COP-20.
Con todo esto se busca reforzar la conciencia mundial sobre el calentamiento global y adoptar decisiones en la lucha contra este fenómeno. Pero, de hecho, el asunto es complejo, pues cada una de esas decisiones implica cambiar patrones de consumo, crear fuentes de energía limpias, dejar la dependencia de los combustibles fósiles, en otras palabras replantear el desarrollo y remontar por la cuesta del desarrollo sostenible, con todo el cambio de paradigmas y erradicación de prejuicios y de desinformación existentes.


La principal vulnerabilidad del cambio climático se vincula con lo hídrico, con el agua. El Perú, por ejemplo, alberga el 70% de los glaciares tropicales, esto es el 70% de toda el agua dulce bajo la forma de hielo de esta parte del planeta. Y sabido es que estos depósitos de agua dulce y origen de los ríos que calman la sed y verdean todo a su paso están retrocediendo, ya de modo alarmante. Quizá no se logren muchos acuerdos en la COP-20, pero sin duda servirá para que los peruanos y peruanas comprendamos que esto del calentamiento global ya empieza a chamuscar nuestro futuro cercano. 

El Comercio, 15 de junio de 2013

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