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sábado, diciembre 01, 2012

Es solo por el avión?

Nadine Heredia goza de una estable aprobación. Diversas encuestas señalan que más de la mitad de la población peruana la ve con buenos ojos, y esto pese a ser blanco de la crítica constante de un sector de la oposición.

Atacar a las primeras damas tiene como única finalidad caricaturizar la figura del primer mandatario. Heredia debe entenderlo y por ello debe ser cuidadosa con cada palabra y gesto, y ser en extremo transparente. Su viaje a Brasil no ayuda en este sentido y le ha dado argumentos a sus opositores y a quienes denuncian para no perder vigencia. Basta leer las declaraciones de los congresistas para notar el abuso del condicional: "podría, habría" (peculado, delito, etc., las especulaciones de quienes quieren figurar pueden ser infinitas).
Se cuestiona el uso del avión presidencial, pero se obvia que el vuelo fue autorizado por la cancillería. Se critica su reunión con la presidenta del Brasil, sin mencionar que era una invitación pendiente con la representante de un crucial socio estratégico, sin recordar que Heredia es embajadora de FAO para el Año Internacional de la Quinua (2013). Tampoco se dice que acompañó a la delegación de la ministra Trivelli, compuesta por funcionarios que se entrevistarían con expertos de programas sociales exitosos, que se intentan imitar aquí. La señora Heredia debe estar abierta a toda investigación, y si alguna ilegalidad hubo (algo poco probable), rendir cuentas.
Es irónico que quien más se escandalizó y vociferó por el uso del avión presidencial fuese el ex toledista Carlos Bruce. Hay que recordarle que fue ministro de un gobierno cuyas frivolidades llevaron a que a esa nave se le apodara el avión parrandero, por las juergas y malos usos.
Atacar a las esposas de los presidentes es una práctica política común en el mundo. Hace poco se criticó a la periodista Valerie Trierinliwer, esposa del presidente de Francia, Francois Hollande, por abogar por el triunfo electoral de una parlamentaria rival de la socialista Segolène Royal. ¿No tiene acaso la primera dama francesa derecho de expresar sus preferencias electorales? La fuerte personalidad de Hillary Clinton, actual secretaria de Estado de Estados Unidos, hizo que durante el gobierno de Bill Clinton se hablara del esposo de Hillary. ¿Estas actitudes no son discriminatorias hacia las mujeres? ¿Deben ser sombras? ¿Eso no es machismo?
Ya es hora de que el rol de las primeras damas sea debatido. Solo así surgirán figuras como la de Eleanor Roosevelt, primera dama estadounidense, esposa del presidente Franklin D. Roosevelt y considerada una de las líderes más influyentes del siglo XX. Si hubiera nacido en el Perú, habría tenido que tejer ropones.

LA PRIMERA DAMA. Atacar a las primeras damas tiene como £nica finalidad caricaturizar la figura del primer mandatario. Heredia debe entenderlo y por ello debe ser cuidadosa con cada palabra y gesto, y ser en extremo transparente.


El Comercio, 25 de agosto de 2012



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