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sábado, noviembre 10, 2012

¿Propaganda contra las Fuerzas Armadas?

No pasa un día en el Perú sin que se ataque a las Fuerzas Armadas. Desde hace buen tiempo está en marcha una perversa campaña de desprestigio contra quienes comandaron la lucha antiterrorista, en los años noventa, y debilitaron a las hordas subversivas hasta lograrse la captura de los principales cabecillas de Sendero Luminoso y el MRTA.

Es cierto que, como en toda institución pública o privada, en la castrense también hay malos elementos. Y es la pésima imagen de un puñado de estos la que es utilizada para enturbiar al íntegro de nuestras Fuerzas Armadas. Es un hecho que la victoria sobre el terrorismo disgustó a quienes no abjuraron, hasta bien entrada la década del noventa, de la ideología maoísta de Sendero y la cubanófila del MRTA. Aún hoy, varios conocidos políticos no hacen el mea culpa respectivo por sus sanguinarias simpatías.
La aplanadora de honras se concentra ahora en Wilver Calle, flamante ministro del Interior, cuestionado por firmar en 1999 la llamada carta de sujeción al autogolpe de 1992. El presidente Ollanta Humala ha recordado oportunamente que, tras la caída del régimen de Alberto Fujimori, Calle fue inspector del Ministerio de Defensa e hizo una labor contra la corrupción, poniendo en prisión a muchos generales que se lo merecían.
El doctor Héctor López Martínez es historiador y viceministro del Interior del segundo gobierno del presidente Fernando Belaunde. Por tal cargo leyó muchas de las cartas de sujeción de los terroristas de Sendero Luminoso a su jefe 'Gonzalo'. El común denominador -según escribió- era remarcar el total acatamiento a la voluntad de Abimael Guzmán, aun a costa de la propia vida. Bien dice el historiador que nuestros oficiales no son terroristas para firmar ese tipo de cartas y considera que por una infeliz analogía se llama carta de sujeción "al documento que el entonces presidente de la República, Alberto Fujimori, el ministro de Defensa y los comandantes generales de la Fuerzas Armadas obligaron a firmar y sellar, el 13 de marzo de 1999, a oficiales generales y almirantes, así como a coroneles y capitanes de navío, en situación de actividad".
Para López Martínez tal documento es "perverso, inspirado y escrito en su parte medular por Montesinos". El historiador y ex viceministro del Interior escribió hace algunos años, llamando a reflexión: "Qué fácil resulta ahora juzgar a los oficiales que tuvieron que pasar por estas 'horcas caudinas' ".
Y esto es cierto. El ministro Calle es señalado sin considerarse que firmó una llamada "Acta de compromiso institucional", con puntos ciertamente cuestionables, obligado por los cancerberos del vengativo Montesinos, todos ellos sus superiores. Lo que no se dice es que entre quienes se rasgan las vestiduras por ello figuran periodistas que sí firmaron una verdadera carta de sujeción a la dictadura militar de Juan Velasco Alvarado y pusieron, voluntariamente, su pluma al servicio de los principios de la revolución. Robo-lución, vale.

El Comercio, 19 de mayo de 2012 (Pag. A33)



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