“Aunque la mona se vista de seda mona se queda”, dice el refranero popular. Y el dicho le cae bastante bien al Partido Comunista del Perú (PCP), que se hace llamar Patria Roja y ahora se descafeína con el nombre de Movimiento Nueva Izquierda (MNI), que de nueva no tiene nada y sí mucho de vieja mona de izquierda. Es la misma ideología trasnochada, con las caras de siempre y un local compartido que demuestra que no hay la tal distancia –ni física ni ideológica– entre el Partido Comunista del Perú y el MNI. Vale recordar, además, que su secretario general, Alberto Moreno Rojas, fue el fundador del MNI, hoy liderado por Nílver López, ligado a Patria Roja vía el Sutep.
Esa es –por desgracia– la plataforma que impulsa a la muy carismática Susana Villarán de la Puente hacia el sillón de la Alcaldía de Lima. Mientras que Villarán cree que sus aliados colorados no le pasarán la factura, estos profetas del pasado se despachan con escritos tales como: “Nos proponemos construir una sociedad distinta, esa sociedad distinta y superior se llama socialismo”. Ajá, socialismo, eso mismito que hundió por largas décadas a la Europa Oriental y que mantiene en el atraso a la caribeña isla de los hermanos Castro.
Villarán de la Puente pudo aliarse –muchos y muchas lo hubiésemos deseado así– con sectores menos enrevesados y más coherentes con su propuesta y visión. ¿Por qué Perú Posible, Acción Popular y otros grupos de centroizquierda no la apoyaron? Ellos debieron acompañar en su aventura electoral a esta mujer de notables cualidades y trayectoria intachable. Gran error de esas fuerzas.
Villarán ha dejado claro que de llegar a la alcaldía no se dejará manipular por la cola de partidos, movimientos, redes y demás que la apoyan. ¿Será posible en el caso del Partido Comunista del Perú-Patria Roja? Para ellos Villarán es solo una pieza de un proyecto mayor: “Lamentablemente a la fecha –dicen en su web– no se ha logrado la confluencia de los sectores antineoliberales en un solo referente electoral [...] lo que representa una clara ventaja para la derecha [...] A pesar de ello, en diversas regiones del país se vienen procesando importantes experiencias unitarias [que] influirán notoriamente en el proceso de las elecciones presidenciales del 2011. Un escenario importante es Lima [...] La unidad lograda alrededor de la candidatura de Susana Villarán, en la que el partido jugó un rol importante, es una conquista que hay que preservar y proyectar”. Ajá, bastan dos dedos de frente para entender.
Leídas estas frases resultaría cándido creer que bastan las buenas intenciones de Villarán para sacudirse del partido del ‘camarada’ Alberto Moreno, ese hombre que cambió su nombre de pila –Hernán Gotardo, apellidado Rojas del Río– para llevar el de un sindicalista al que admiraba. Se le ha achacado a Lourdes Flores Nano –carisma cero, por cierto– una estrecha vinculación con el actual alcalde limeño Luis Castañeda Lossio, por llevar al hijo de este en su lista de regidores. ¿Aplica lo mismo para la señora Villarán? La hija de Alberto Moreno Rojas, Maia Libertad Rojas Bruckmann, va en su lista de regidores con el número 19.
Esa es –por desgracia– la plataforma que impulsa a la muy carismática Susana Villarán de la Puente hacia el sillón de la Alcaldía de Lima. Mientras que Villarán cree que sus aliados colorados no le pasarán la factura, estos profetas del pasado se despachan con escritos tales como: “Nos proponemos construir una sociedad distinta, esa sociedad distinta y superior se llama socialismo”. Ajá, socialismo, eso mismito que hundió por largas décadas a la Europa Oriental y que mantiene en el atraso a la caribeña isla de los hermanos Castro.
Villarán de la Puente pudo aliarse –muchos y muchas lo hubiésemos deseado así– con sectores menos enrevesados y más coherentes con su propuesta y visión. ¿Por qué Perú Posible, Acción Popular y otros grupos de centroizquierda no la apoyaron? Ellos debieron acompañar en su aventura electoral a esta mujer de notables cualidades y trayectoria intachable. Gran error de esas fuerzas.
Villarán ha dejado claro que de llegar a la alcaldía no se dejará manipular por la cola de partidos, movimientos, redes y demás que la apoyan. ¿Será posible en el caso del Partido Comunista del Perú-Patria Roja? Para ellos Villarán es solo una pieza de un proyecto mayor: “Lamentablemente a la fecha –dicen en su web– no se ha logrado la confluencia de los sectores antineoliberales en un solo referente electoral [...] lo que representa una clara ventaja para la derecha [...] A pesar de ello, en diversas regiones del país se vienen procesando importantes experiencias unitarias [que] influirán notoriamente en el proceso de las elecciones presidenciales del 2011. Un escenario importante es Lima [...] La unidad lograda alrededor de la candidatura de Susana Villarán, en la que el partido jugó un rol importante, es una conquista que hay que preservar y proyectar”. Ajá, bastan dos dedos de frente para entender.
Leídas estas frases resultaría cándido creer que bastan las buenas intenciones de Villarán para sacudirse del partido del ‘camarada’ Alberto Moreno, ese hombre que cambió su nombre de pila –Hernán Gotardo, apellidado Rojas del Río– para llevar el de un sindicalista al que admiraba. Se le ha achacado a Lourdes Flores Nano –carisma cero, por cierto– una estrecha vinculación con el actual alcalde limeño Luis Castañeda Lossio, por llevar al hijo de este en su lista de regidores. ¿Aplica lo mismo para la señora Villarán? La hija de Alberto Moreno Rojas, Maia Libertad Rojas Bruckmann, va en su lista de regidores con el número 19.
El Comercio, 25 de setiembre de 2010
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