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miércoles, mayo 20, 2009

La revolución de "Home"

¿Nubes en el fondo del agua? El lago refleja como un espejo el cielo. Entre la alta y verde hierba un elefante solitario se abre paso y en el mar una ballena golpea rítmicamente el agua con su pesada aleta. Los osos polares corren libres, sin miedo, como si su blanca existencia no estuviera amenazada. Es la Tierra vista desde el aire. Es nuestro hogar a vuelo de pájaro. Es “Home” (Hogar) una obra cinematográfica de corte ambiental próxima a estrenarse.
“No hay tiempo para ser pesimistas. Lo que se quiere resaltar no es el 50% de bosque que ha desaparecido, sino el 50% que queda… somos seis mil millones de inteligencias con capacidad de acción”, dice Yann Arthus-Bertrand, uno de los gestores del documental que revolucionará la distribución cinematográfica, las maneras en que vemos cine y en las que este arte puede hoy alcanzarnos. El viernes 5 de junio —Día Internacional del Medio Ambiente— se estrenará simultáneamente en cientos de salas alrededor del mundo y en You Tube, la web para compartir videos por Internet, allí ya se pueden apreciar secuencias de una obra que captó imágenes en 50 países y ha significado tres años de trabajo.
“Home” llegará con su mensaje y su belleza a millones de internautas y al unísono las nuevas tecnologías de comunicación derribarán las fronteras entre países y las barreras impuestas por la distribución, la capacidad de las salas, las posibles censuras, los propios medios y los nuevos patrones de consumo de la juventud. Por primera vez una obra de 90 minutos será difundida en You Tube (sitio adquirido por Google en el 2006 por la friolera de US$1.650 millones). En el afán de promover la interacción los mapas de Google permitirán a los usuarios incluir información sobre dónde se está proyectando o vieron “Home”, sus opiniones e información vinculada. El documental se transmitirá por canales de televisión en 70 países y se proyectará en grandes pantallas en distintas ciudades. Detrás del proyecto están dos franceses el productor y director Luc Besson (1959) y el ya mencionado Yann-Arthus Bertrand (1946). Besson es conocido por películas como “Nikita” (1990) “El quinto elemento” (1997) con Bruce Willis o Juana de Arco (1999), entre otras. Arthus-Bertrand es un fotógrafo especializado en tomas aéreas con más de 60 libros publicados, entre ellos “The Earth from Above” (La Tierra desde arriba). “Home” sigue la línea de documentales como “Una verdad incómoda”, de Al Gore, sobre el calentamiento global y que le valió un Óscar y el Nobel de la Paz en el 2007; “Earth” el documental más caro de la historia lanzado el último 22 de abril, Día de la Tierra, por el nuevo sello Nature de Disney y la “Hora 11” del actor Leonardo Di Caprio. Estamos frente a un ambicioso proyecto sin fines de lucro cuya inversión de 10 millones de euros dependió de François-Henri Pinault (esposo de la actriz mexicana Salma Hayek), uno de los 100 hombres más ricos del planeta y propietario de un conglomerado de empresas entre las que figuran Puma, el diario “Le Monde”, la cadena televisiva TF-1, Gucci, Yves Saint Laurent y la casa de remates Christie’s. Extractos de “Home” fueron presentados recientemente en el Museo de las Artes Primigenias de París ante 300 periodistas deslumbrados por la mirada aérea de Arthus-Bertrand. Hace poco en Gijón, España, el conocido director inglés Peter Greenaway decía: “Hay que subirse a la ola de la revolución digital para reinventar el modo de contar historias con imágenes… El espectador como sujeto pasivo es parte del pasado… El futuro está en la interactividad y en los eventos multimedia”. “Home” le da la razón.
El Comercio, 16 de mayo de 2009

Cambio climático y recesión económica

“Perú es uno de los países que serán más afectados por el calentamiento global. En los últimos 30 años ya ha perdido buena parte de sus glaciares, los cuales siguen retrocediendo. Esto significa la desaparición de importantes depósitos de agua dulce. La variedad de climas que poseen, además, los hace muy vulnerables. Mínimas alteraciones en las temperaturas promedio pueden afectar sus ecosistemas”, nos dijo durante una charla en Washington D.C. lord Nicholas Stern, autor de un informe de 700 páginas que despertó al mundo de su letargo y llevó a los principales líderes del planeta a dejar de lado el escepticismo y a aceptar que el cambio climático es sinónimo de crisis socioeconómica y recesión mundial.
El calentamiento global ya se ha iniciado. Sus señales tempranas son el retroceso de los glaciares (una de cada seis personas podría quedar sin acceso al agua por esta razón), las olas de calor (inclusive fuera de temporada), la reaparición de plagas y enfermedades inusuales, y sequías e inundaciones, entre otras. El 30 de octubre del 2006 se divulgó el informe encargado por el Gobierno Británico a lord Nicholas Stern (1946), prestigioso economista que ha ocupado altos cargos en el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo y en el Banco Mundial, entre otras instituciones. Su informe sobre este problema ambiental tiene la mirada pragmática y objetiva de la economía y pertenece a quien se consideraba un “agnóstico” sobre el tema, según lo reconoció en Oxford durante una conferencia. Hoy está convencido de que es “un asunto fundamental” y “ético”, por el impacto sobre las naciones más pobres, donde al menos 300 millones de personas se convertirían en refugiados climáticos debido a la destrucción de sus hogares y formas de vida que causarían las sequías e inundaciones, la consecuente desnutrición y la aparición de nuevas e inesperadas enfermedades.
Stern, cuyo cumpleaños es el 22 de abril, fecha que coincide con el Día Internacional de la Tierra, alerta sobre el principal problema que la aqueja. Nos explica que la crisis climática es una externalidad económica generadora pero al mismo tiempo una oportunidad para que las fuerzas del mercado lleven al desarrollo de tecnologías limpias y modernas, con bajas emisiones de carbono (uno de los gases invernadero promotores del calentamiento), lo que crearía así nuevos negocios y puestos de trabajo. Su análisis sostiene que la economía mundial retrocedería 20% si no se adoptan ya las medidas y acciones necesarias, las que dependen de la inversión de 1% del producto global bruto, una bicoca si se toman en cuenta las pérdidas de vidas, cultivos, infraestructura y recursos naturales (hasta 40% de especies animales podrían extinguirse) en juego, amén de la recesión económica. Por cada libra esterlina invertida se salvarían cinco, así de simple es la aritmética de la lucha contra el cambio climático. Por lo pronto, el Reino Unido ya aprobó el Climate Change Act, el primer marco legal de largo plazo para enfrentar los peligros del cambio climático con una meta de reducción de emisiones de 26% para el 2020 y de 80% para el 2050 (y una inversión de 250 millones de libras esterlinas para los primeros 5 años). “Tenemos el tiempo y el conocimiento para actuar pero solo si lo hacemos internacional, fuerte y urgentemente”, sostiene Stern.
El Comercio, 09 de mayo de 2009

Palabras para forjar un Perú mejor

“Nos habríamos creído responsables de una grave omisión si no consagramos algún momento a un hecho muy significativo, muy honroso para el país y muy digno de ser tomado en cuenta. Nos referimos a la solicitud de una señorita del Cuzco para que se le inscriba en la matrícula de la Facultad de Derecho del cuerpo universitario de esa ciudad, solicitud que ha dado materia a una resolución razonable del Ministerio de Instrucción y enteramente acorde con el tiempo que tiende a la emancipación práctica de la mujer que solo puede ser el resultado del cultivo de su espíritu y de la formación de su carácter, haciéndola participar de todos los medios de que los hombres disponen para formarse…”. Tales frases corresponden a un editorial de El Comercio del martes 6 de octubre de 1874. Muestran la temprana preocupación por la ilustración y liberación de las mujeres. Recordemos que fue este mismo Diario el primero en contratar a una mujer como reportera, nos referimos a Angela Ramos, “la primera periodista peruana”, poeta, escritora, intelectual y precursora de las ideas feministas. A propósito del centenario en 1939 se leía “Cuando… se maltrata y vilipendia al individuo… se destruyen los fueros y derechos de la humanidad”. La exclusión de las mujeres fue comprendida por El Comercio como una forma de maltrato, por ello su apoyo a sus causas.
Una preocupación constante de estos primeros 170 años, por celebrarse este 4 de mayo, fue —como lo sigue siendo hoy— la calidad de vida y hacer de las ciudades espacios armoniosos. El 9 de junio de 1920 un editorial expresaba: “En todas partes del mundo los niños tienen sitios de recreo rodeados de árboles, de flores y de todos esos atractivos que hacen su encanto pues la higiene moderna ha demostrado elocuentemente que nada hay que contribuya más al mejoramiento de la raza, que acostumbrar a los niños, a sus más tiernos años, a los ejercicios al aire libre y en plena luz, dejándolos que corran sobre la grama del suelo como aves en libertad, para que el viento coloree sus mejillas y sus músculos se fortifiquen, a la par que se vigoriza sus cerebros”. Adelantadamente El Comercio comprendió un concepto desarrollado décadas más tarde por el conservacionista germano-venezolano Arturo Eichler: “Una sociedad democrática puede ser arruinada por ciudades mal planeadas, con la misma facilidad que con el establecimiento de un régimen totalitario. No hay campo para la participación ciudadana cuando el ambiente social es cada vez menos transparente” (de su libro: “S.O.S. Tierra”).
Orden, libertad y saber han sido —como lo siguen siendo— los pilares que sostienen las ideas e informaciones divulgadas por estas páginas que han acompañado a las familias peruanas a lo largo de casi toda la historia republicana. “Cuando el interés colectivo es la norma de un diario, la defensa del territorio patrio, de la soberanía y la dignidad nacional, son temas obligados de sus artículos porque el patriotismo es la expresión genuina del bien común y de los intereses permanentes de un pueblo”, se escribió a propósito del centenario. A punto de cumplir 170 años, estas frases siguen siendo el espíritu que nos guía.
El Comercio, 02 de mayo de 2009

Menos de cien meses para salvar el planeta

Ante 200 líderes empresariales brasileños, el príncipe Carlos de Inglaterra dijo: “Tenemos menos de 100 meses para actuar y salvar el planeta”. ¿Suena exagerado? Quizá, pero la data científica lo respalda. Estamos al borde de un profundo cambio climático por la emisión de gases invernadero provenientes de la quema de combustibles fósiles (petróleo, gas carbón y sus derivados).
Quien no crea en las palabras del príncipe, conservacionista desde su juventud y estudioso de la naturaleza, quizá tome en serio a Steven Chu, premio Nobel de Física y actual cabeza del Departamento de Energía de Estados Unidos. En una reciente entrevista en “Newsweek”, Chu explicó: “Nicholas Stern dice que hay 50% de probabilidades de que la temperatura se eleve en 5 grados centígrados”. Es fácil comprender lo que esto significaría: la edad de hielo se desencadenó por una variación de 5 o 6 grados a la baja, con relación a las temperaturas actuales. Una trepada de cinco grados, según el Nobel, resultaría en un avance de los desiertos e inmensas zonas bajo condiciones de sequía. Chu enfatiza que un incremento mayor a 1 o 2 grados haría imposible cualquier estrategia de adaptación.
En el Polo Norte los investigadores calculan que en los próximos 30 años podría haberse derretido tanto como el 80% del hielo. Se estima que en 20 años, 1.800 millones de personas estarán en riesgo por falta de agua. La canciller alemana, Ángela Merkel, califica de “reto ético” el tema climático, mientras el presidente Barack Obama avanza una nueva legislación para perfilar una política climática estadounidense, coherente y rigurosa, de cara a la reunión de diciembre en Copenhague, Dinamarca, donde las naciones del mundo negociarán un tratado para suceder al Protocolo de Kioto.
Las corporaciones asumen ya como inevitable limitar sus emisiones de gases invernadero, principales responsables del calentamiento global. General Electric, Dupont, General Motors y otras grandes corporaciones se han aliado en la Asociación para la Acción del Clima. Los tiempos cuando la conservación ambiental se consideraba un obstáculo para los grandes negocios es asunto del pasado. Hoy se comprende —y lo refuerza la evidencia— que ser amigable con el entorno reduce costos y genera nuevos puestos de trabajo y nichos de mercado. Silver Springs, compañía de Redwood, California, instala redes digitales para controlar el uso de electricidad. Las proyecciones de ahorro son de 100 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono (CO2) y 16 mil millones de dólares anuales.
Ampliar la iniciativa a todo el país crearía 500 mil trabajos temporales y 280 mil empleos fijos. Wal Mart, la cadena de supermercados más grande del planeta, ha generado una revolución verde al reducir su margen de ganancia en los focos ahorradores, modificando patrones de consumo, atrayendo con ello a más y nuevos tipos de consumidores. ¿Qué podemos hacer por esta cruzada climática? Usar focos ahorradores, apagar las luces, caminar o movilizarnos en bicicleta para no usar el automóvil en tramos cortos, compartir transporte para ir al trabajo o llevar a los hijos al colegio. Recordemos “tenemos menos de 100 meses para actuar”.
El Comercio, 25 de abril de 2009

Padres de la patria y la contaminación del aire

Hay iniciativas gubernamentales que parecen demostrar que algunos congresistas y ciertas autoridades desconocen de cabo a rabo nuestra Constitución o simplemente les importa muy poco lo que allí está escrito. Solo así se entiende la insistencia de ampliar por más tiempo la importación de vehículos de segunda y tercera mano. Autos, camionetas, combis que en su país de origen han sido descartados por exceso de uso.
Vale la pena recordar que la Constitución expresa, entre los Derechos Fundamentales de la Persona, el derecho “a la paz, a la tranquilidad, al disfrute del tiempo libre y al descanso, así como a gozar de un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de su vida” (Capítulo 1, art. 22). Más claro el agua, la propuesta congresal vulnera la Constitución.
Recordemos que los vetustos motores son más ineficientes, más derrochadores de combustible y huérfanos de la tecnología avanzada que reduce la emisión de contaminantes. Cinco son las principales fuentes de polución de los automóviles: monóxido de carbono, óxidos de azufre, plomo que al acumularse en el organismo causa males renales, hepáticos, anemia, interfiere con las funciones cerebrales y nerviosas (llevando a depresión, violencia y a una menor capacidad de aprendizaje).
Están también los óxidos de nitrógeno e hidrocarburos gaseosos que al reaccionar químicamente con la luz solar forman otros irritantes, como el dióxido de nitrógeno, base del smog. Mientras más vetusto el motor, mayor será la emisión de estos venenos.
Basta andar por el centro de cualquier ciudad capital, por donde circulan estas antiguachas, y ver las paredes ennegrecidas, el polvillo negruzco sobre toda superficie y la corrosión de las rejas para comprender lo que les está pasando a nuestros pulmones y a nuestro cuerpo: asma, ojos irritados, alergias, mareos, abortos espontáneos, incluso distintos tipos de cáncer se atribuyen a esta polución.
La combinación de los residuos de los motores produce efectos negativos —no suficientemente estudiados— sobre la salud de los conductores, pasajeros y peatones, así como la flora y fauna citadinas. Cabe preguntarse, entonces: ¿es lógico, humano, decente, inteligente o necesario permitir que la chatarra rodante ingrese a nuestro país? La respuesta obvia es no.
Los poderes del Estado están para proteger al ciudadano y no para atentar contra su salud, al menos que se esté en campaña electoral permanente y resulte mejor, en la extraña aritmética política, sumar votos de algunos sectores bajo la falsa excusa de crear nuevos puestos de trabajo, mientras se convierte impunemente a las ciudades en islas de tóxicos que amenazan al grueso de la población, especialmente a los más pequeños y a las personas de la tercera edad.
Esperemos que el analfabetismo ambiental de quienes nos gobiernan pueda revertirse y que demuestren la valentía necesaria no solo para prohibir el ingreso de vehículos usados, sino en el impulso de una reforma tributaria que, más bien, castigue el transporte obsoleto y exonere de pagos a los automóviles modernos, nuevos y menos contaminantes por el bien de todos.
El Comercio, 18 de abril de 2009

Cualquier parecido con la realidad no es coincidencia

A lo largo de los años ochenta y principios de los noventa Lima vivía en la penumbra por los atentados de Sendero Luminoso.
“Abimael Guzmán era el hombre más peligroso del Perú y el terrorista más letal de América Latina”, ha dicho Santiago Roncagliolo, autor de “La Cuarta Espada”, un libro sobre la cúpula de esa secta criminal.
Para Roncagliolo, Sendero oscurecía “la ciudad para mostrar poder, su idea era siempre mostrar que estaban en la oscuridad acechándote”.
Las gentes trataban de seguir con sus vidas venciendo el miedo o quizá acostumbrándose a él.
Una tarde, un joven partió hacia la selva acompañado por un gran amigo que visitaba el Perú. Con las mochilas al hombro enrumbaron hacia la libertad, lejos de la ciudad asustada. Pasaron las semanas y de los jóvenes no se tuvo noticia.
Eran malos tiempos, Sendero Luminoso había convertido los andes centrales en un inmenso cementerio al aire libre, esclavizaba y vejaba a los asháninkas en sus territorios ancestrales y operaba también en Lima.
Mientras tanto el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) sembraba la muerte y el terror en la selva ocupándola lentamente, en la capital secuestraba a empresarios encerrándolos en sus infrahumanas “cárceles del pueblo” y asesinaba a destacados personajes en la vía pública. Eran malos y tristes tiempos para el Perú.
Pasó más de un mes sin que las familias supieran nada de los muchachos. El padre del peruano decidió ir tras sus huellas. Conocía sus caminos, pues él se los había enseñado cuando era un pequeño que, tomado de su mano, se tambaleaba al dar sus primeros pasos por el bosque, convencido de que las mariposas eran orquídeas que alzaban vuelo. No fue fácil dar con información sobre su paradero. “Por acá pasaron, pero hace ya buen tiempo”, le dijeron en un lugar donde el MRTA había dejado su rastro de sangre.Alguien se ofreció a acercarlo a un sitio de emerretistas donde obtuvo la siguiente versión: unos agentes de la “embajada yanqui pasaron por acá y los apresamos”. No le quedó duda de que su hijo y el amigo habían sido confundidos. Pocos billetes bastaron para que un terrorista le brindara más datos: “los gringos murieron porque a quien los vigilaba se le escapó una ráfaga de metralla”.
Los cuerpos estaban escondidos en una fosa cercana. Le señalaron el camino. El padre cavó el suelo húmedo hasta encontrar unos cuerpos descompuestos por el calor y los insectos. Vio la camisa del hijo hecha jirones.
Con el valor que solo puede dar el inmenso amor a un hijo, el padre arrancó la cabeza de ese cuerpo, para identificarla. Volvió a Lima abrazado a una caja intuyendo que allí llevaba un fragmento de su hijo adorado. Así sufrieron miles de familias por la insania de Sendero Luminoso y del MRTA.
Esa maldad es algo que los peruanos y peruanas de bien jamás debemos olvidar. Un enemigo tuvieron y tienen el Perú y la democracia: el terrorismo.
El Comercio, 11 abril de 2009

Coltan: El oro de la era cibernética

Resulta paradójico que la gran revolución de las telecomunicaciones que ha unido e interconectado a los pueblos de una manera jamás vista ni prevista en la historia de la humanidad, dependa de un recurso natural cuya explotación viola derechos humanos especialmente de la niñez, destruye el ambiente y genera conflictos que desde 1998 tienen sumida en una interminable guerra civil a la República Democrática del Congo (antigua Zaire). Millones de seres humanos somos cómplices de este drama sin siquiera saberlo, y es que nuestras computadoras, celulares, videojuegos, iPod, GPS y demás maravillas dependen de ese recurso. Se trata del coltan, compuesto mineral sumamente escaso y raro declarado por el Pentágono como “materia prima estratégica”.
El coltan fue hasta hace poco una simple curiosidad mineralógica, un objeto de interés para estudiosos y coleccionistas al que se le encontró múltiples y valiosas aplicaciones. Todo dispositivo electrónico del que nos preciamos funciona gracias a los condensadores electrolíticos de tantalio, uno de los componentes extraídos del coltan. El tantalio es un metal con usos en cirugía, telecomunicaciones, la industria espacial y electrónica, la tecnología militar de misiles, el equipamiento químico y los reactores nucleares. Tanta bondad, lejos de beneficiar al territorio que alberga a este “oro de la era cibernética”, ha derivado en desgracia y violencia.
Hace algunas semanas El Dominical divulgó una nota sobre las guerras por las riquezas minerales congolesas. George Simons Pardo —que cubrió el África Subsahariana para la agencia de prensa internacional World Investment News— señaló en aquel informe que actualmente uno de los recursos más codiciados es el referido compuesto. Ruanda y Uganda, países vecinos, han invadido parte del Congo y controlan las zonas donde se ubica el recurso. El coltan no es exactamente un mineral sino el binomio de composiciones de columbita y tantalita. La codicia es básicamente por la tantalita de donde se obtiene el tantalio, metal de alta conductividad y capacidad de almacenamiento de cargas eléctricas, extremadamente dúctil y maleable, resistente como el vidrio pero que puede ser enrollado, doblado, soldado y utilizado en aleaciones para obtener materiales que soportan altísimas temperaturas, la corrosión y es prácticamente indestructible por los ácidos.
El Congo cuenta con 80% de los depósitos de coltan del planeta. La explotación se da informalmente bajo la mirada de militares de los países invasores y de las guerrillas. En estas minas de tajo abierto trabajan miles de niños que abandonan sus escuelas y campesinos que a la larga terminan esclavizados y muertos por las duras condiciones laborales. Los desechos mineros contaminan los ríos de la zona y grandes lagos. Se abren minas por doquier afectando diversos ecosistemas de los que dependen gorilas y elefantes, entre otras especies en extinción. “El desarrollo conseguido a costa del ambiente no es progreso sino retroceso”, decía el naturalista y político alemán, doctor Wolfgang Rotkegel. De este retroceso de nuestro planeta todos somos responsables si como consumidores no tomamos conciencia de que debemos exigir cambios y un sello internacional que garantice estándares éticos en todos aquellos equipos de nuestro uso cotidiano que contengan tantalio extraído del coltan.
El Comercio, 04 de abril de 2009

Memorias de Sendero Luminoso

Con la cabeza recostada sobre el cristal el joven oficial miraba el hermoso camino de Lucanas hacia la costa. A ratos pensaba en su novia, en su cercano matrimonio, en los hijos que convertirían en bisabuela a la anciana mujer a la que tanto quería y que lo esperaba ansiosa, tras la larga y peligrosa ausencia. Vivía admirado por la belleza del país al que defendía exponiendo su vida. En un instante todo terminó. Sendero Luminoso interceptó el vehículo en el que viajaba este integrante de la PNP y lo asesinó con la saña y el odio inspirados por el marxismo-leninismo-maoísmo-pensamiento Gonzalo.
Allí quedó el cadáver de un patriota peruano de sangre francesa y china, de ojos claros y mirada transparente, cuyo “error” fue atreverse a defender las comunidades más pobres altoandinas, aterrorizadas por esos criminales del trapo rojo con la hoz y el martillo. Dejó a su madre y hermana con un tajo abierto en el corazón, como un río eterno de dolor; a tías, tíos, primas, primos y sobrinos que no pueden olvidarlo aunque hayan pasado más de dos décadas; a una abuelita con los brazos extendidos que esperaba abrazar al nieto valiente, cuyos restos recibió en un cajón; y a una mujer enamorada cuyo futuro estalló en mil fragmentos como los vidrios que Sendero volaba con sus coches-bomba en la ciudad de Lima. Historias como las de “Chamaco” —así le decían los amigos— abundan, por desgracia.
En un poblado de Huacrachuco, en Huánuco, Reyna, una niña de poco más de 10 años, vio cómo su tío levantó un machete para matar a su propio hijo. Han pasado bastante más de veinte años y aún recuerda el cadáver de su primo amarrado a un árbol, transformado en una suerte de yunsa, pues un grupo de senderistas obligó a que todos los pobladores tomaran el machete y le infligieran un corte por “soplón”, es decir por anunciar que los terroristas se acercaban. Reyna trata de olvidar pero las imágenes vuelven a su mente quizá amplificadas por el pavoroso recuerdo. No sabe si fue en ese momento o después que su tío cayó fulminado por un infarto, pero sí recuerda claramente a su primo atado y que clamaba: “Papá, por favor, directo al cuello, en el cuello. No mires. Te quiero”.
En Ilo un chofer de origen puneño volvió a su pueblo después de 20 años: “Casi todos habían sido asesinados o huido del lugar”. Policías y soldados ayudaron a que él y un grupo de muchachos —en edad de ser incorporados a la fuerza a las hordas senderistas— escaparan en un camión, pocas horas antes de que los terroristas sitiaran el poblado. Con lágrimas en los ojos más de una decena de hombrecitos vieron cómo su pueblo se perdía en la distancia hasta que tras largas horas llegaron al mar. En Ilo hicieron de todo para sobrevivir: “Solo nos conocíamos entre nosotros. Todos hablábamos aimara y en la costa ya nos conversábamos en castellano. Una señora muy buena, puneña ella, nos daba comida y ayudaba con lo que podía en medio de su pobreza. No sé qué es de mis padres ni hermanos menores, ni del señor del camión; seguro los habrán matado. Eso hacía Sendero, señorita, y la gente se está olvidando…”.
El Comercio, 28 de marzo de 2009