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sábado, agosto 26, 2017

Al maestro con cariño

El gobierno necesita llegar a un entendimiento con los maestros para terminar con la huelga magisterial atascada por el tema de las evaluaciones.

No proponemos que el gobierno ceda, sino plantear un punto medio: evaluar a los profesores nuevos, a aquellos que recién empiezan su carrera; desarrollar capacitaciones y pruebas acordes a la realidad social, cultural y geográfica de nuestro país y, además, garantizar la excelencia de las universidades que imparten la carrera de docencia.

A estas alturas de la más larga y potente huelga magisterial de las últimas décadas no tiene sentido insistir en evaluar a todos los profesores, menos aún a los que llevan décadas enseñando y que están a las puertas de la jubilación. No resulta lógico, tampoco, usar una prueba estandarizada en un país tan diverso como el Perú porque no es lo mismo enseñar en un colegio de Villa El Salvador que en el caserío El Prado de Madre de Dios o de Usquil, en Otuzco, La Libertad.

Cada día sin resolver esta huelga, los sectores del comunismo extremo del SUTEP se fortalecen. El analista Santiago Pegraglio ha escrito: “Patria Roja, se ha debilitado y se han fortalecido liderazgos más radicales, que incluso serían cercanos al (o del) Movadef, así como líderes independientes o de viejas agrupaciones de izquierda como Puka Llacta…”, o sea otras caras de Sendero Luminoso.

Los maestros son los principales encargados de forjar a los niños y adolescentes y con ello a la sociedad del futuro. La educación de calidad es un derecho fundamental y ésta pasa por contar con personal altamente calificado y bien remunerado.

Reprimir a los profesores, golpearlos y lanzar agua con “rochabus” en este invierno tan frío, aleja la posibilidad de un entendimiento a largo plazo. Más allá de las evaluaciones punitivas deberían proponerse bonos de reconocimiento, recompensa antes que castigo.

Una buena señal sería proponer partidas especiales para los buenos maestros que enseñan en las escuelas más pobres, quienes inclusive usan sus propios bajos recursos para comprar panes y otros alimentos para ayudar a sus alumnos –muchos de ellos anémicos- a soportar la jornada escolar.

Al maestro hay que tratarlo con cariño, y a los elementos comprobadamente radicales y radicalizantes separarlos antes que después. 

El firme respaldo a los maestros del Perú es la mejor manera de solucionar esta huelga. Hablarles mirándolos a los ojos, también. ¡De nada, señora ministra Martens!

Martha Meier M.Q.

Expreso, 26 de agosto de 2017

sábado, agosto 19, 2017

Ganar la paz

“Fujimori ganó la guerra contra el terrorismo, a Kuczynki le toca conquistar la paz”, dijo el notable pensador y economista Hernando de Soto, el jueves en el programa del periodista Beto Ortiz. Y lo ha dicho en un momento en que el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski se tambalea entre la creciente impopularidad, las masivas huelgas y la protesta constante de ese Perú que él ni su gabinete intuyen.
Hernando de Soto explicó con claridad que nuestro país es esencialmente informal, un setenta por ciento de la población lo es; una informalidad que desde el poder es confundida con el caos y desorden cuando en realidad tiene un orden propio, con códigos y normas del “derecho informal” tan poderoso como para bloquear hasta las decisiones gubernamentales.
Aquí algunos ejemplos dados por de Soto: “¡Conga va!” dijo Humala y pues simplemente Conga no fue. “Se acabó la huelga”, dijo PPK y la huelga siguió y se fortaleció. Así de vigoroso es el Perú informal conformado por bases ignoradas por centurias, millones de personas fuera del mercado, de la modernidad y del sistema cuya “legislación informal” se manifiesta sobre el devenir del Perú formal.
Pocas veces en la televisión nacional se tiene la ocasión de escuchar planteamientos lúcidos, lógicos, enfocados en solucionar los problemas nacionales, como los expuestos por de Soto considerado globalmente como uno de los pensadores más brillantes de nuestro tiempo. Pocas veces en la televisión nacional se ve a un entrevistador -para el caso Ortiz-  guiar a su invitado hacia lo más alto del pensamiento sin desenfocarse de la coyuntura, demostrando que sí es posible otra televisión, buena y formadora.
De Soto habló de la necesidad de apoderarse de los símbolos para frenar a quienes quieren ganar en río revuelto; de hecho el ser humano necesita mediaciones, imágenes, símbolos para comprender el mundo y comunicar emociones, sentimientos y vivencias.  Por ello de Soto sugirió a PPK aceptar que debe conquistar la paz y darle un mensaje al 90% de peruanos a los que su gobierno no llega. ¿Cuál es ese símbolo? Tomarse de la mano con el presidente Alberto Fujimori, quien llega al porcentaje que PPK no alcanza y dar ese mensaje de unidad y paz que nos urge.

Mircea Elíade decía que somos “homo symbolicus”, capaces de ir más allá de nosotros mismos. ¿Será? Muchos esperemos la foto PPK-AFF, ¡ya! 

Martha Meier M.Q.

Expreso, 19 de agosto de 2017

sábado, agosto 12, 2017

Guardianes de la corrupción

El gobierno pepekausa propició la salida de Julia Príncipe, hoy ex presidenta del Consejo de Defensa Jurídica del Estado (CDJE), tras que se destituyera a Katherine Ampuero, procuradora ad hoc del Caso Odebrecht. Ampuero pidió investigar al presidente Pedro Pablo Kuczynski y logró congelar los activos de Odebrecht para evitar que vendan, se vayan y nos paguen un sencillito como indemnización, esto mientras nada se decide.
El jueves PPK justificó el alejamiento de Ampuero: [ella] “pensó que su papel era ser un fiscal [cuando] es defender los intereses del Estado. Eso quiere decir evitar la corrupción. En mi caso me denunció en base a un testimonio de alguien en Nueva York, en Queens”, dijo a Caretas. A ver: lo de Queens no es un testimonio son transferencias bancarias que vincularían a PPK con Odebrecht; algo que debiera al menos aclararse.
Como ministro del Alejandro Toledo, PPK le reabrió las puertas a Odebrecht para contratar con el Estado y firmó la Ley N° 28670 (2006) que le permitió adjudicarse tres obras entre ellas las IIRSA Sur y Norte que nueve años después le valió al Estado sobrecostos cercanos a los dos mil quinientos millones de dólares. La comisión Lava Jato (1), del Congreso 2011-2016 evacuó en minoría el “informe Pari”; este sostiene que a ambas obras “se les dio una apa­rente legalidad, creándose una ‘nor­matividad’ ad hoc”.
El actual gobierno emitió el Decreto de Urgencia (DU) 003-17 que, en la práctica, favorece a Odebrecht y a sus socios locales. Curioso que en su primera actuación pública, el reemplazo de Ampuero, Jorge Miguel Ramírez, solicitase dejar sin efecto la resolución que prohíbe a la brasileña vender sus acciones en Olmos; y lo hizo el mismo día que PPK afirmó: “Rutas de Lima lo ha tomado Brookfield, un fondo de inversión [..]. Olmos lo va a tomar el mismo grupo. Esos son cuatro contratotes”. Esto como si el daño moral no contase y los implicados estuviesen presos, seriamente investigados o hubiesen pagado una reparación proporcional al saqueo.
Decía la filósofa Ayn Rand (1905-1982) “Cuando el dinero fluye hacia quienes trafican favores; cuando muchos se hacen ricos por el soborno y las leyes no lo protegen a usted sino a ellos; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez un autosacrificio, podrá afirmar sin equivocarse que su sociedad está condenada”.
Condenados estamos, y avisados también.
Martha Meier M.Q.
Expreso, 12 de agosto de 2017

sábado, agosto 05, 2017

¡Volverás Venezuela!

Venezuela es más grande que el corrupto proyecto bolivariano instaurado por el difunto analfabeto-funcional Hugo Chávez, y los venezolanos lo saben.

Venezuela es mucho más que el billullo narco y los petrodólares que hoy saquea el camionero colombiano Maduro, y los venezolanos lo saben, por eso resisten y salen a las calles dispuestos a entregar hasta la vida por esa Venezuela que ha de volver.

Ayer Maduro, monigote del Orinoco y títere de la inteligencia cubana, instaló una fraudulenta Asamblea Constituyente repudiada y no reconocida por la comunidad internacional, es decir por las naciones occidentales libres de la lacra castro-chavista-marxistoide-roja o cómo se llame ese veneno mental imbecilizante, generador de odios y miseria.

Venezuela fue, desde 1958, una de las democracias más estables de América del Sur mientras en el resto de la región campeaban las dictaduras militares de izquierdas y derechas, y luego incipientes y frágiles democracias. Venezuela fue un faro de libertad, el país que recibió con los brazos abiertos a los perseguidos políticos de la isla-cárcel castrista y a quienes huían de las dictaduras continentales.

Fue admirado país petrolero y nación industrializada que avanzaba por la senda del desarrollo. Miles de peruanos encontraron allá un nuevo hogar y oportunidades cuando, aquí, la “robolución” velasquista desconocía la propiedad privada y rapiñaba haciendas, bancos, minas, medios de comunicación, pauperizando al Perú.

En los últimos días la mayoría de nuestro Congreso (todos, menos los rojos) acordaron pedir al presidente Pedro Pablo Kuczynski, PPK, retirar al embajador venezolano en Lima, Diego Molero, en señal de protesta contra la dictadura madurista. 

En esa línea, el presidente ha tenido el acierto de convocar a una reunión en Lima en la que once Cancilleres de América evaluarán la insostenible situación venezolana, tras tres décadas de truhanesco proyecto castro-chavista.

El Perú no reconoce ni reconocerá los resultados de la ilegítima elección para la nueva Asamblea Nacional Constituyente instalada ayer entre fuertes protestas, porque como lo expresa un comunicado de Cancillería, esa elección “profundiza la fractura de la nación venezolana, rompiendo el orden democrático”.  Nuestro país ha condenado, además, “la represión violenta que ha causado más de un centenar de muertos”.

La inclaudicable oposición venezolana se mantiene en las calles porque sabe que su Venezuela, la verdadera, puede y debe volver, que ese país ejemplar no murió, ya no tiene miedo y palpita cada vez más fuerte.

¡Maduro, prepárate allá vamos!  

Martha Meier M.Q.

Expreso, 05 de agosto de 2017