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sábado, mayo 27, 2017

¿Abuso?

Cuando el actual primer ministro Fernando Zavala se desempeñó como ministro del régimen de Alejandro Toledo tuvo el respaldo de la mayoría del Legislativo (66 congresistas); una mayoría artificial y apretada, pero mayoría al fin y al cabo. Hoy parece extrañar el “chicheñó” de aquellos años, sino ¿para qué descalificar a la actual mayoría congresal y generar una innecesaria crisis?

Zavala sostiene que el Congreso abusa del poder, que es obstruccionista, calumnia y falta el respeto, sale a pontificar sobre democracia con un discurso anti-democrático al olvidar que la mayoría fujimorista que ahora le incomoda refleja la voluntad de los peruanos expresada en las urnas, muy distinta a la forzada mayoría urdida durante el toledato. Recordemos...

En la primera vuelta de 2001, Toledo colocó 45 congresistas y debió gestar alianzas ofreciendo cargos ministeriales a diestra y siniestra. Lo hizo con Fernando “Popy” Olivera (Frente Independiente Moralizador); con Jorge Santistevan y Beatriz Merino, (representantes entonces de Somos Perú) y con la izquierdista agrupación Unión por el Perú; sumándose 21 congresistas (11, 4 y 6, respectivamente).

Zavala fue ministro de un gobierno con mayoría en el Congreso y no sabe cómo lidiar con la mayoría naranja a la que su mentor, el actual presidente Pedro Pablo Kuczynski, no amansará con componendas ni nombramientos. Si esto no le gusta puede volver a su casa y al sector privado, donde alcanzó tantos logros. Lo otro es tratar de tender puentes y no quemarlos, agitar una bandera blanca es vez de lanzar perdigones.

Puede que esté algo frustrado por la renuncia de Martín Vizcarra a la cartera de Transportes y Comunicaciones, porque era un aliado de peso para sacar adelante el impertinente aeropuerto de Chinchero, Cusco. Según el analista político Ricardo Vásquez Kunze: “el responsable de esta crisis política y social es el primer ministro, quien persistió neciamente en llevarla a cabo (la adenda al contrato) contra toda advertencia de que allí había lesión para el Perú”; ahora “quiere confrontar al Congreso haciéndose la víctima y pontificando muy al estilo caviar sobre la virtud de cómo hacer política y cómo ser demócrata”.

Luz Salgado, presidenta del Legislativo, exhortó al primer ministro rectificar sus declaraciones, una cosa es “fiscalizar y otra es obstruir” dijo, refiriéndose a las próximas interpelaciones a los ministros de Interior y de Salud: Carlos Basombrío, por la creciente inseguridad y rebrote terrorista; y Patricia García, para quien la epidemia de dengue en el norte es un “psicosocial”. ¿Quién habla de abuso? 

Martha Meier M.Q.

Expreso, 27 de mayo de 2017

sábado, mayo 20, 2017

De auditores y otras perlas



En 2001 la empresa de energía Enron se declaró en quiebra; un año antes era la séptima compañía más grande de Estados Unidos.

​ ​A mediados del 2000 Enron cotizaba a $90 dólares por acción en la Bolsa de Nueva York, para noviembre del 2001 se desplomó a menos de un dólar. Los inversionistas perdieron unos $11 mil millones de dólares. ¿Qué pasó? Corrupción corporativa.
Enron colapsó por prácticas contables fraudulentas, cortesía de la firma auditora Arthur Andersen. El escándalo llevó a que Estados Unidos perfeccionara regulaciones federales y leyes para garantizar la exactitud financiera de quienes cotizan en bolsa; una de las más interesantes fue la Sarbanes-Oxley Act of 2001-SOA (Ley de Reforma de la Contabilidad Pública de Empresas y de Protección al Inversionista), que aumentó la responsabilidad de las empresas auditoras, evitando su neutralidad e independencia frente a los actos de sus clientes.

En el Perú las firmas auditoras abusan del “descargo de responsabilidad” y avalan Estados Financieros que bien pueden ser inexactos, pero que se dan por veraces en la medida que se basan en la información “confiable” entregada po​r su ​cliente.

Algunos estudios de abogados han sido intervenidos por facilitar la transferencia de coimas a autoridades tales como al humalista Jorge Acurio Tito, exgobernador del Cusco (2011-13). Este fue ayudado por el abogado Zaragoza Amiel, socio de Rebaza, Alcazar & De Las Casas Abogados Financieros, estudio asesor de Odebrecht hasta para lo feo.

Pero volvamos a Enron y a Arthur Andersen: la auditora fue enjuiciada y declarada culpable de obstrucción a la justicia, lo que supuso la disolución de una firma fundada en Chicago 89 años antes del escándalo y hasta entonces una de las cinco sociedades de auditor​í​a y contabilidad más grandes del mundo.

¿Por qué intervenir aquí solo a los abogados deOdebrecht y no a las firmas
​ que​ ​auditaron​ ​a​​ ​los socios​ locales​ sin ​ darse cuenta de nada o quizás cocina​ron cifras juntos?

Y mientras tanto PPK premia a los socios de los brasileros: estos podrán participar en la reconstrucción hasta que sean, o no,  “sancionados”; como si no fuera evidente las cercanía a la cutra responsable del mayor esquema de corrupción de nuestra historia y mutuos beneficiarios de sobrecostos que superan los U$5,000 millones de dólares.   

El premio va vía el Decreto de Urgencia 003-2017, que en nombre de la inversión, el crecimiento y demás excusas pretende que la inmundicia siga ganando.​ Trituren esa barbaridad, señores congresistas. 

Martha Meier M.Q.

Expreso, 20 de mayo de 2017


sábado, mayo 13, 2017

¿Su palabra no es promesa?

El presidente Pedro Pablo Kuczynski es olvidadizo;errático y elabora excusas para no enfrentar los temas incómodos. Es preferible creer esto antes de algo nada bonito: que su palabra es leve, que pesa menos que la pluma de un colibrí y que no es sinónimo de promesa.

Hace apenas unos días el congresista, General (r) Edwin Donayre, representante de Alianza por el Progreso –grupo político que lo ayudó a llegar a la presidencia- sacó a luz el incumplimiento de la palabra de PPK, recordando que en campaña se comprometió a reivindicar los derechos pensionarios de los militares y policías que enfrentaron al terrorismo. Esto, porque el presidente calificó al Congreso de “irresponsable” al presentar un proyecto de ley en ese sentido. Según  Donayre “esas expresiones…reflejan su incompetencia para administrar con justicia un país.

No es la primera vez que PPK dice y se desdice. Los peruanos debemos comprender que es un inversionista y no un político, menos aún un estadista. Sus ministros -a excepción de Jorge Nieto- carecen de formación y efectiva militancia política y serían mejores como directores de una empresa o una voluntariosa oenegé. Como hombre de negocios, PPK ve el beneficio para su empresa (gobierno) y la de aquellos socios (agrupaciones políticas) con las que llegó a un entendimiento pese a intereses encontrados (ergo, Verónika Mendoza y camaradas). Esa es la razón por la que impulsa más la agenda roja que la del ‘establishment anti-fujimorista’ que lo llevó al poder.

Mencionar el apellido Fujimori nos lleva a las mayores incoherencias de Kuczynski. En 2011, como candidato acuñista, dijo: “pienso que él [Fujimori] ha estado preso ya un buen rato y que podría, dada su edad, terminar su sentencia en su casa. Ahora, en menos de un mes ha tenido varias versiones: “lo estamos evaluando; no puedo ir contra la ley; no evalúo indultarlo” y así.

Al empresario Kuczynski le puede salir caro jugar con la esperanza de la mayoría: más de 60% de la población según diversas encuestadoras aspira a ver al ingeniero Fujimori libre. Mientras tanto, la señora Keiko Fujimori -lideresa de Fuerza Popular- con mayoría absoluta en el Congreso, ha honrado su palabra electoral de no usar la vía política para liberar a su papá, y ha planteado un Habeas Corpus para su excarcelación.

Todo lo demás es cortina de humo para distraernos de un gobierno más mediocre que el de Ollanta Humala, lo que de por sí es de antología.

Martha Meier M.Q.

Expreso, 13 de mayo de 2017

sábado, mayo 06, 2017

‘Bandeirantes’ siglo XXI

La corrupción brasilera exportada a la región es una estrategia geopolítica del comunista Foro de Sao Paulo. La corrupción brasilera intenta invadirnos política, moral e ideológicamente. La corrupción brasilera ha generado una crisis de gobernabilidad y desconfianza en las instituciones democráticas, empresas, medios de comunicación y la economía de mercado.

Las constructoras brasileras digitadas por el comunista Foro de Sao Paulo, FSP, son los bandeirantes del siglo XXI.  Intentaron –y lo seguirán haciendo- expandirse e invadir a las empresas privadas de la región con su mala praxis. Repiten la historia del siglo XVI cuando los hombres partían de Sao Paulo de Piratininga (Sao Paulo) adentrándose en los indómitos territorios sudamericanos para ampliar las fronteras del reino de Portugal mucho más allá de lo establecido en el Tratado de Torsedillas; hoy pisotearon toda ley coludidos con malos empresarios.

En 1990 el tiranosaurio-‘red’ Fidel Castro y Luiz Inacio ‘Lula’ da Silva, entonces líder sindical, trotskista del Partido de los Trabajadores y fallido candidato presidencial en 1989, crearon el FSP: “para reunir esfuerzos de [la] izquierda, para debatir sobre el escenario internacional después de la caída del Muro de Berlín y las consecuencias del neoliberalismo en [la región]”. En resumen: tirarse abajo a la democracia, al sistema de partidos y a la economía de libre mercado.

El FSP reúne a la vieja y zorra izquierda disfrazada de demócrata e intenta imponernos su agenda globalizante: ataca a la familia (base del Estado-nación), propicia anti-comunidades (para categorizar y polarizar a los ciudadanos), pone y saca presidentes e imponer la corrupción para deslegitimar al sector privado. Lula y la inteligencia cubana maquinaron esto, para expandir su proyecto geopolítico. Según cálculos para ganar 10 dólares los empresarios -locales con los brasileros- sobornaban a alguna autoridad con 1 dólar, en una "carrousel" interminable.

La gran desgracia del Perú es que la ley trata con guante blanco al empresario corrupto, y salva de toda responsabilidad a los auditores externos. Otra sería la historia si algún Auditor Externo va preso por no evaluar la potencial corruptela en la empresa que los contrata.   

Los sobornos de las empresas brasileras tuvieron la intención de inocularnos el proyecto castro-chavista, es decir el marxismo-leninismo, el comunismo. El destape de la corrupción generó crisis de gobernabilidad, tambaleo del país, desconfianza generalizada ante las instituciones democráticas y las propias empresas. ¿No es eso el sueño de todo comunista?

Martha Meier M.Q.

Expreso, 06 de mayo de 2017