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sábado, marzo 21, 2009

Las Gardenias y otros crímenes

El 31 de mayo de 1989 ocurrieron dos hechos que demuestran el odio y desprecio que Sendero Luminoso (SL) y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) sentían por el Perú, los peruanos, las minorías y por todo aquel que con su esfuerzo y trabajo construían un país mejor. La tarde de aquel miércoles en un remoto paraje de Huancavelica SL asesinó, a pedradas, a la notable ecologista y defensora de nuestro patrimonio natural Bárbara d’Achille, jefa de la página de Ecología de este diario. Junto con ella fue muerto de dos balazos en la cabeza el ingeniero Esteban Bohórquez Rondón, especialista en camélidos sudamericanos de la Corporación de Desarrollo de Huancavelica (Corde-Huancavelica). ¿Su pecado? Contribuir al uso sostenible de los recursos naturales en beneficio de las comunidades más pobres. El asesino a cargo, un tal “Camarada Rogelio” dijo fríamente a los testigos que lograron huir: “Estamos en una guerra civil, hasta los inocentes mueren”. Esto ocurrió en un rincón altoandino.
Ese mismo miércoles al caer la noche en otra parte de nuestro país, seis integrantes del MRTA perpetraron un atroz crimen de odio e intolerancia. Los terroristas ingresaron a Las Gardenias un conocido bar gay en el pueblo joven Nueve de Abril de la selvática ciudad de Tarapoto y dejaron bien en claro que en su visión de país (es decir, la de su líder Víctor Polay) las minorías sexuales serían exterminadas. Estos delincuentes armados sacaron a empellones a ocho personas, algunas de ellas travestis, acusándolas de “delincuencia” y colaboración con las fuerzas del orden.
Debemos entender que para los terroristas quienes no estaban con ellos necesariamente eran enemigos y, por tanto, “colaboradores” de las Fuerzas Armadas y Policiales que los enfrentaban. El informe de la Comisión de la Verdad (CVR) indica: “A los pocos días, el semanario “Cambio”, órgano oficioso del MRTA, reivindicó la acción como una decisión del grupo subversivo debido a que las fuerzas del orden supuestamente amparaban “estas lacras sociales (...) para corromper a la juventud””. Los emerretistas transmitieron similares mensajes radiales en esa zona. La CVR menciona además que en el ese mismo artículo de “Cambio” se hace referencia a otro crimen de odio cuya víctima fue: “un joven “homo” muy conocido en Tarapoto”. El cuerpo fue abandonado con un cartel en el que se leía “Así mueren los maricones”.
“Cambio” fue un semanario ligado a algunos personajes de la izquierda legal y columnistas de opinión que ahora pretenden dictar cátedra sobre democracia.
Cifras del Movimiento Homosexual de Lima (MHOL) sostienen que al menos 500 gays y travestis fueron asesinados por Sendero Luminoso y el MRTA. El machismo, como se reconoce hoy en día, es una cizaña social, excluyente, intolerante, prepotente y llena de prejuicios. Esa visión machista tiene en la práctica su expresión más brutal en la violencia y desprecio contra las mujeres, en las violaciones y crímenes contra ellas o lo que de alguna manera se supone representa lo femenino (para el caso un gay o un travesti). No cabe duda de que SL, el MRTA —y quienes no deslindaron en su momento de su violencia criminal— perpetraron el más feroz y sanguinario de los machismos en nuestro país.
El Comercio, 21/03/2009

lunes, marzo 16, 2009

Un poco de memoria

A lo largo de los años 80 y principios de los 90 dos grupos terroristas asolaron el Perú: Sendero Luminoso (SL) y el MRTA. Sendero, con su marxismo-leninismo-maoísmo-pensamiento Gonzalo, inició la guerra contra los peruanos el 17 de mayo de 1980, en Ayacucho. Para abril de 1983 irrumpieron en Lucanamarca y asesinaron a 69 campesinos, para vengar la muerte de uno de los suyos. Los genocidas senderistas aniquilaron a 11 mujeres (varias embarazadas), a 18 niños (incluido un bebe de seis meses) y a varios ancianos de alrededor de 70 años. Lo hicieron a machetazos y hachazos, quemándolos y disparándoles en la cabeza. Abimael Guzmán justificó el baño de sangre al declarar a “El Diario”: “El punto principal era hacerles entender que éramos una nuez dura de romper y que estábamos listos para todo”. Y por “todo” se refería también a la violación masiva de mujeres y niñas.
El informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) recoge los testimonios de estas víctimas. Una de ellas menciona que fue violada por varios senderistas “en presencia de su esposo e hijos”. Otra recuerda que senderistas armados entraron a su casa y “violaron a su hija. La joven resultó embarazada”. Un padre de familia no olvida el secuestro de su hija, sacada a empellones de su propio hogar y haber encontrado al día siguiente su cadáver “con las manos atadas, semidesnudo”, ensangrentado y apuñalado: había sido violada. Se menciona que llegaban a abusar hasta de “una niñita”.
Tanta barbarie no justifica, de manera alguna, la brutal represión desencadenada desde los años 80 por las Fuerzas Armadas en su desorganizada y violenta estrategia antisubversiva, como tampoco la condena a priori de los soldados y policías que, desde la línea de fuego, expusieron y perdieron la vida en defensa de la nación.
Sendero Luminoso alcanzó la selva central, esclavizó al menos a 5 mil asháninkas, asesinó a 6 mil y forzó a desplazarse de sus tierras ancestrales a cerca de 10 mil. Allí la violencia sexual fue una estrategia colonizadora y de dominación, que melló el poder de los varones asháninkas, incapaces de defender a sus mujeres.
El reconocido periodista José María Salcedo, investigador del fenómeno, declaró a El Comercio: “Hubo violaciones masivas para que tuvieran hijos que ya no fueran asháninkas. De esto no se ha hablado mucho”.
Santiago Roncagliolo, autor de “La cuarta espada” —historia de Guzmán y SL— comentó a la periodista Cecilia Valenzuela en una entrevista televisiva que “arrepentimiento” o “perdón” son palabras inexistentes en el vocabulario senderista. Esos criminales mataron a pedradas a una periodista de este Diario: la ambientalista Bárbara d’Achille, asesinaron a María Elena Moyano frente a sus dos pequeños hijos y dinamitaron su cuerpo por invocar a Villa El Salvador a dejar atrás el miedo y a luchar por la paz.
Con acierto Abelardo Sánchez León escribió en esta misma página: “La izquierda legal en el Perú tiene una deuda: no ha hecho un deslinde tajante con el terror que desataran Sendero Luminoso (SL) y el MRTA”. Deslinde fundamental para la democracia y la reconciliación entre peruanos. Deslinde que requiere del pronunciamiento público de influyentes personajes de esa izquierda legal, como Sinesio López, docente universitario, columnista de opinión y ex director de la Biblioteca Nacional durante el toledismo, quien el 31 de agosto de 1983, en plena barbarie, escribió en la página 2 de “El diario de Marka”: ¿Quién es más patriota: Abimael Guzmán, que está dispuesto a morir y a matar por lo que cree —equivocadamente o no— bueno y justo para su país o Carlos Rodríguez Pastor, que sin arriesgar su pellejo, ha puesto la economía del Perú en manos de las trasnacionales y de la banca extranjera?”.
El Comercio, 14/03/09

Un ruido poderoso

La noche del jueves 450 salas de cine, a lo largo y ancho de Estados Unidos, se enlazaron para proyectar en simultáneo el documental “A Powerful Noise” (Un ruido poderoso), transmitido vía satélite desde Nueva York. Un evento sin precedentes que contó con 120.000 espectadores. Un anticipo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Luego se desarrolló un panel, transmitido también en vivo, en el que participaron personalidades de la talla de la ex secretaria de Estado Madeleine Albright, quien refirió sus coordinaciones con nuestro compatriota Hernando de Soto para formalizar a las mujeres y lograr su acceso a los sistemas de justicia, financieros y de propiedad. Albright enfatizó la necesidad de convertir a los hombres (padres, hermanos, parejas) en aliados del empoderamiento de las mujeres y niñas. Brillaron también celebridades como la modelo Christy Turlington, promotora de salud materna de la institución de lucha contra la pobreza CARE, y la actriz Natalie Portman, vocera de Finca International (microcréditos en los países en desarrollo), quien también codirige con la reina Rania de Jordania la campaña Village Banking, de banca rural. El columnista del “New York Times” y ganador del premio Pulitzer, Nicholas Kristof, mencionó cómo las mujeres pobres al contar con algún dinero lo invierten en el bienestar familiar mientras los hombres, por lo general, evaden sus responsabilidades y lo gastan con los amigos.
“A Powerful Noise”, dirigido por Tom Capello, narra la historia de tres mujeres cuya acción individual ha impactado profundamente en sus comunidades. Una travesía que nos lleva a Vietnam, Mali y Bosnia para conocer a: Hanh, Jacqueline y Nada.
Hanh es una joven viuda vietnamita y seropositiva. El sida mató a su hija y a su marido. Su vergüenza y tristeza fueron la semilla de Flor Inmortal, un grupo de autoayuda, de consejería, apoyo emocional, legal y de salud para quienes sufren y han padecido como ella. Flor Inmortal acoge anualmente a decenas de personas y realiza campañas de prevención del sida y programas contra la adicción y el intercambio de jeringas (una de las principales vías de contagio en Vietnam).
En Mali encontramos a Jacqueline, Madame Urbaine, una africana inmensa y hermosa que agradece a su padre haberla motivado a completar su educación escolar en los años 50. Madame Urbaine, fundadora de APAF, lucha en la barriada de Bamako contra el trabajo doméstico forzado que afecta a miles de niñas analfabetas. Esta mujer sabe que la educación es el único camino de salida. Recordemos que en los países en vías de desarrollo existen 600 millones de niñas con un inmenso potencial para cambiar la fisonomía social, cultural, política y económica de sus comunidades, cuando adultas, lo que dependerá de la oportunidad que se les brinde hoy para alfabetizarse, capacitarse en algún oficio y vivir en un entorno saludable y seguro.
Nada vive rodeada de perfumados campos de frambuesas. Es una sobreviviente de la guerra de Bosnia, una madre trabajadora. La angustia y el miedo acompañan su mirada pero de rato en rato una chispa de alegría asoma. Esa chispa, sin duda, es la que la llevó a formar Maja Kravica, una asociación de mujeres para integrar social y económicamente a serbios y bosnios, en una zona donde la destrucción fue masiva.
Tres historias de esperanza. Tres mujeres como las hay por miles en nuestro país, que en silencio trabajan por un mañana mejor para todos y todas.
El Comercio, 07/03/2009

martes, marzo 03, 2009

Maria Sibylla Merian

Corría el año de 1699 cuando una alemana de 52 años arribó a la colonia holandesa de Surinam para estudiar y plasmar con su arte, la flora y fauna nativas. Un reino de verdores inimaginables, de árboles inmensos como catedrales, hojas y flores con propiedades míticas y sanadoras, ríos sinuosos y extrañas criaturas esperando a ser descubiertas. Era una época de conquistas, de búsqueda de riquezas y oportunidades. Ella muy por el contrario emprendió su viaje hacia la América tropical con afán enciclopedista y con un solo sueño: atisbar el Nuevo Mundo y las exóticas especies de flora y fauna que había admirado en colecciones privadas del Viejo Mundo. Maria Sibylla Merian (Frankfurt 1647-Amsterdam 1717) notable pintora que revolucionó la botánica, la entomología y la zoología (autodidacta en estas disciplinas) fue la primera persona europea en emprender un viaje científico. Lo hizo cien años antes de que el célebre barón Alexander von Humboldt.
Fue hija de Matthäus Merian, “el viejo” grabador y editor de gran reputación que murió cuando ella tenía apenas tres años. Su padrastro Jakob Marell, de la escuela bodegonista de Utrecht, la inició en el dibujo, la pintura y el grabado. Desarrolló tempranamente su talento y siendo casi una niña, a los 13 años, ya pintaba con destreza y por encargo sus primeras imágenes florales.
Desde pequeña había sentido una extraña fascinación por los insectos y sus salidas al campo para pintar se convirtieron, también, en jornadas de recolección de bichos. “Empecé —escribió— con los gusanos de seda de Fráncfort, mi ciudad natal. Después me di cuenta de que otras orugas se desarrollaban en bellas mariposas diurnas. Así, recogía todas las orugas que encontraba para observar su transformación”. A diferencia de sus contemporáneos, al pintar las plantas y flores ella incluía los mínimos detalles y rastros de insectos: una larva, una pequeña araña, una mariposa, ilustrando cada estadio de su desarrollo. Los insectos recolectados y aquellos que retrató le ayudaron a comprender la metamorfosis en una época en la que se sostenía su generación espontánea, a partir de la inmundicia y la putrefacción. Fue justamente la publicación, en 1705, de su libro “Metamorfosis de los insectos de Surinam” (Metamorphosis insectorum Surinamensium) la que le permitió ganarse el respeto internacional de ilustres académicos que supieron apreciar los dibujos y acuarelas en los que consignaba el nombre nativo de cada especie y el utilizado por los colonos. Observó y descubrió para Europa a la tarántula y a la zarigüeya (pequeño marsupial amazónico, emparentado con los canguros). Plasmó imágenes de lagartos, iguanas y serpientes, pero lo suyo eran la flora y los insectos. Sus trabajos combinaron la utilidad científica y el valor estético. Su patrón de diseño se impuso entre los científicos que empezaron a incorporar en sus anotaciones y bocetos, ya no solo al sujeto de interés sino también a las especies vinculadas. Esto era más o menos como tener la planta viva en las manos. Al celebrarse el próximo 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer vale la pena recordar a esta artista, considerada por los académicos modernos una de las fundadoras de la entomología. Una mujer que se atrevió a seguir sus sueños para entregarle saber a la humanidad.
El Comercio, 28/02/2009